‘Cincuenta palabras para decir nieve’, de Nancy Campbell
Cincuenta palabras para decir nieve
Nancy Campbell
Traducción de Claudia Casanova
Ático de los libros
Barcelona, 2023
237 páginas
Por Ricardo Martínez Llorca / @rimllorca
«El lenguaje nos permite, como a Marcovaldo, deshacer nuestras ciudades y soñarlas diferentes».
Marcovaldo, el personaje creado por Italo Calvino, quería ver en la ciudad algo muy diferente a lo que la ciudad es en su inmensa mayoría. Marcovaldo veía los retazos de naturaleza y con ellos componía su propio paraje, su lugar habitable. En estas Cincuenta palabras para decir nieve, Nancy Campbell (Exeter, 1978) se intenta construir un mundo, algo que abarque toda la geografía, habitable a través de rescatar lo mejor de nosotros mismos, lo mejor que hemos creado cerca del lenguaje. Campbell elige cincuenta palabras de distintos idiomas que tienen relación con la nieve, que describen los copos o los muñecos, pero también las formas de la geografía física o los fenómenos de la naturaleza. Lo que permanecerá será la naturaleza y los misterios que siempre acompañan a la naturaleza, mientras recorremos Japón, Dinamarca, Irlanda, Siberia o Noruega, pero también Nueva Guinea o las regiones maoríes.
El volumen que resulta es delicioso. Se trata de un artefacto que nos reconcilia con las lecturas de corto aliento, unos párrafos que contienen mucha poesía, porque la poesía sirve para hacernos sentir mejor. Es un libro que nos reconcilia con la lectura y con la respiración. Campbell hace todo un alarde de libertad creativa, de libertad expresiva, de libertad de asociaciones rompiendo los cercos de lo que entendemos que debería ser más académico, y nos orienta a través de un mundo en el que habitan los renos, las nubes con todas sus formas y vaticinios, la belleza, los pastores, las amenazas, las leyendas y los viajeros. Atenderemos a la música de los lugares y las personas que los habitan, a las creaciones artificiales del hombre, a los árboles, a la espiritualidad de cielo y tierra, al leopardo de las nieves, a James Joyce, a las flores y los esquíes. Conoceremos al fotógrafo Vittorio Sella, el batido de chocolate, el algodón que tanto se asemeja a la nieve, la inmigración galesa en la Patagonia. Volveremos a Andersen y su reina de las nieves, al loto blanco, a la luz de Grecia e incluso a la intrusión de las tropas napoleónicas en Lituania. Todo redactado con un gusto exquisito por el trabajo que está haciendo. Eso es lo que se conoce como literatura, acercarnos al frío y con él a las demás sensaciones, a los colores, a las costumbres y las historias narradas, a lo que sería esa parte de la estética que nos ayuda a estar en el mundo, que nos sostiene. A eso se dedica Nancy Campbell en esta obra, que nos mantendrá en guardia y con ganas de recibir la próxima sorpresa durante su lectura. Un libro precioso.