‘El caso Bramard’, de Davide Longo, la nueva gran voz de la novela negra europea
PILAR M. MANZANARES.
Corso Bramard era el inspector de policía más prometedor de Italia hasta que Otoñal, un asesino en serie al que seguía la pista, cambió su vida para siempre. Han pasado veinte años desde entonces, Corso vive en una vieja casa repleta de libros en las montañas cercanas a Turín, da clases en un instituto de provincias y pasa los días escalando en solitario. Ahora, Otoñal le ha enviado de nuevo, en una carta mecanografiada con una Olivetti del 72, los versos de una canción de Leonard Cohen.
Y parece haber cometido un error, mínimo, pero suficiente para que Bramard despierte de su obsesión, cultivada con sosegada firmeza, por encontrar a su enemigo. En su particular venganza tendrá a su lado al comisario Aracadipane, antiguo alumno, amigo y su sustituto en el cuerpo de policía, y a la joven y hábil agente Isa Mancini, tres miradas complementarias para desentrañar la mente del más hábil asesino en serie.
El caso Bramard es la apasionante primera entrega de Los crímenes del Piamonte, una serie de novela negra compuesta por cuatro entregas (de próxima aparición en Destino), cuya trama inteligente se abre camino hasta el alma con la fuerza y precisión de un escalador literario: una novela tan directa, real y sincera como lo son sus especiales personajes.
Consagrado como autor literario, Longo da el salto al giallo (género negro en la terminología italiana) de manera brillante, haciendo un uso riquísimo del lenguaje, con descripciones tan poéticas como certeras para envolver al lector en un ambiente sinigual que da una vuelta de tuerca a la estructura clásica del thriller. El autor esconde en el relato pequeñas joyas narrativas que, sin un aparente peso argumental, son un indicio de su extremo cuidado por los detalles. Nada en la escritura de Longo es gratuito. Todo cuanto nombra, describe o señala adquiere, tarde o temprano, una función narrativa.
Davide Longo muestra una extraordinaria capacidad para crear personajes memorables. Los dos protagonistas, el expolicía y profesor Corso Bramard y el comisario Vicenzo Arcadipane, forman un dúo de una fuerza narrativa poco habitual en el género. Con personas muy marcas y, en ocasiones, opuestas, son dos caras emocionales del ser humano. El autor considera que sus lectores son inteligentes y los implica en la trama: no ofrece pistas evidentes ni descripciones que levanten sospechas tempranas. Invita a ir más allá de lo escrito y a buscar las claves en lo que no se dice y en lo que se insinúa. A observar, en definitiva, como un investigador más.