Yo, que he visto cómo se sembraban, cultivaban y recolectaban los tomates; que he visto cómo se amasaba el pan que comía; que he visto cómo copulaban y parían los animales; que he visto morirse a la gente en su cama; que he oído a los ciegos cantar romances en la esquina de mi calle; que tenía un abuelo que era astrónomo de las cabañuelas… Hay menos distancia entre los griegos y yo, que entre mis hijos y yo.

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Ningún hecho es trivial, ninguna opinión es trivial, ningún escrito, ninguna película… Todo depende de la calidad de quien se plantee ese hecho, esa opinión, ese escrito. Ya dijo Nietzsche: “Sé una placa de oro. Así las cosas se escribirán sobre ti con letras de oro”.

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Uno desea más que lo quiere saber. Este es el problema.

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“Amamos siempre a quienes nos admiran y no amamos siempre a quienes admiramos” (La Rochefoucauld). Esto sólo puede decirlo un vanidoso, porque en realidad se ama siempre a quien se admira. Y aquí ocurre que el vanidoso tiene tan alto concepto de sí mismo que es incapaz de no despreciar a alguien que puede sentir admiración por una persona como él.

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El sentido común falta allí donde más se necesita: con uno mismo.

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Sabido es que el odio une a las personas frente a un tercero, pero se olvida el mismo efecto de la envidia, que las une más que el amor, e incluso más que la avaricia (bien que no tanto como la ambición).

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El hombre es libre sólo cuando se siente orgulloso de ser libre.

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Desaparecido el honor, y considerada la fidelidad como ridícula, en nuestra época ya no hay amigos: hay conocidos.

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Mientras se piense en los dineros no se está pensando en la muerte. Esta es la fortuna del avaricioso.

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“Estoy convencido de que el arte es la tarea suprema y la actividad propiamente metafísica de esta vida” (Nietzsche). Ahora habría que decir que es el deporte esa tarea suprema y la actividad propiamente metafísica de esta vida….

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Saber escribir tiene su mérito, pero saber leer (es decir apreciar lo que merece la pena o no) lo tiene casi tanto, puesto que eso no está al alcance de cualquiera…, ni siquiera de muchos escritores sobre lo que ellos mismos escriben.