‘Asumir lo efímero de la existencia’, de Viktor Frankl
RICARDO MARTÍNEZ.
Hay quien sostiene que el arte es seductor en cuanto que encierra una implícita condición de efímero, de pasajero; cuando menos en su materialidad. Ahora bien, la existencia precisa de bases más consistentes para ahondar y justificar su realidad. Tal como expresa Frankl: “El hombre es –por formularlo con elegancia- un ser orientado al sentido, y, cuando tiene éxito en la búsqueda de un sentido, es feliz (solamente entonces, dicho sea de paso)” Sea, pues, que el sentido, el objetivo, otorga ese valor de realidad necesaria que nos aparte del desasosiego de lo efímero como sustancia, como destino. ¿Qué es la realidad, de algún modo, sino el sentido otorgado al destino?
“Por lo tanto –leemos más adelante en este libro de una aparente pero reveladora sencillez-, si una persona ha tenido éxito en la búsqueda de sentido a su vida –y, en determinadas circunstancias, a su muerte-, entonces es feliz y, además, está capacitada para el sufrimiento” Y aquí permítaseme citar, como recuerdo afectivo y constructivo, una frase del eminente hermeneuta, el profesor Gadamer, cuando en una ocasión decía: “Dolor?, pues claro. ¿Cómo no he de aceptar el dolor si forma parte consustancial de nuestra vida, de nuestro ser”.Hermenéutica en estado puro. O bien, como escribe Frankl: “Lo que yo digo es, única y exclusivamente, que la realización de un sentido también es posible cuando nos enfrentamos a una situación de sufrimiento.
Pensemos, ¿acaso no es la enfermedad un recordatorio de un valor de lo efímero? Y aquí parece oportuno hacer intervenir a una enferma casi nonagenaria, interlocutora epistolar de nuestro autor: “Doctor, yo estoy sorda. A cambio, habla mi interior. Ya casi no puedo caminar. A cambio, puedo pensar. Y mi gratitud por ello es simplemente infinita”
Hacia el final del libro nos topamos, a modo de conclusión-convicción, con un comentario del autor que, al parecer, tiene mucho de pertinente: “quizá ahora podríamos decir que vivimos en una sociedad en la que no se busca el sentido de la vida, ni el valor de la vida, sino el valor de utilidad” recalcando: “Yo he intentado mostrar que el sentido de la vida es algo cuya posibilidad siempre está ahí, hasta el último aliento (…) y el valor de la persona es algo que en ningún momento deja de estar ahí”
Gracias, doctor.