Sobre lo que de verdad importa: Carta de F. Scott Fitzgerald a su hija de 11 años
Con motivo del cumpleaños número 117 del escritor Scott Fitzgerald, la carta que le escribió a su hija Frances en 1933 se ha vuelto a viralizar. Hay opiniones muy distantes en cuanto a la ética y el valor de esta carta, ya que son consejos bastante fuertes y completamente anti-románticos (dirigidos a una niña de once años). Sin embargo no cabe duda que algunos de los consejos son lúcidos y valiosos. “Preocúpate por el valor”, “no te preocupes por el pasado”. Quizá, más bien, estamos acostumbrados a la suavidad y al tono inspirador de la mayoría de las cartas de personas famosas a sus hijos, cartas donde nunca leeríamos “…voy a tomar al gato blanco y le voy a dar nalgadas fuertes, seis veces por cada vez que seas impertinente.” La carta, también toma otro carácter si la leemos en el contexto de la biografía de Fitzgerald.
Fue escrita un año después de que la madre de Frances, Zelda, fue hospitalizada por esquizofrenia; fue escrita siete años antes de que F. Scott muriera de alcoholismo y fue escrita en un momento en el cual él peleaba con Zelda por la autoría absoluta de su vida juntos, o lo que él llamaba “su material”. A la luz de estos datos, la carta, quizá, habla mucho de su ansiedad. “La felicidad y la miseria no son temas de los qué preocuparse”, dice F.Scott, como implicando que lo imprescindible es otra cosa… Es una carta categórica que se escribió a sí mismo, primero que a nadie, y que dentro de su rigor limitante tiene el brillo de quien ha vivido y ha destilado los elementos que importan y desechado el resto. La carta lee:
La Paix, Rodgers’ Forge
Towson, Maryland
8 agosto, 1933
Querida:
Me siento muy orgulloso de que cumplas con tus obligaciones. ¿Me puedes dar un poco más de detalles acerca de tus lecturas en francés? Me da gusto que te encuentres feliz pero nunca he creído mucho en la felicidad. Nunca creí tampoco en la miseria. Esas son cosas que ves en el escenario o en la pantalla o en las páginas impresas, no suceden realmente en la vida.
En lo único que creo en la vida es en las recompensas por la virtud (de acuerdo con tus talentos) y los castigos por no cumplir con tu deber, que son doblemente costosos. Si hay tal volumen en la librería del campamento, pregunta a la Sra. Tyson que te deje buscar un soneto de Shakespeare que contiene las líneas: “Lillies that fester smell far worse than weeds”. [Las lillis que se pudren huelen mucho peor que las yerbas]
Pienso en ti, y siempre con cariño, pero voy a tomar al gato blanco y le voy a dar nalgadas fuertes, seis veces por cada vez que seas impertinente. ¿Reaccionas a eso?…
Tontamente, concluyo. Cosas de qué preocuparte:
Preocúpate por el valor
Preocúpate por la limpieza
Preocúpate por la eficiencia
Preocúpate por la equitación
Preocúpate por …
Cosas para no preocuparse:
No te preocupes por la opinión popular
No te preocupes por las muñecas
No te preocupes por el pasado
No te preocupes por el futuro
No te preocupes por crecer
No te preocupes porque alguien te aventaje
No te preocupes por el triunfo
No te preocupes por el fracaso a menos que sea tu propia culpa
No te preocupes por los mosquitos
No te preocupes por las moscas
No te preocupes por los insectos en general
No te preocupes por los padres
No te preocupes por los niños
No te preocupes por las decepciones
No te preocupes por los placeres
No te preocupes por las satisfacciones
Cosas qué pensar
¿Qué estoy buscando realmente?
¿Qué tan buena soy en comparación con mis contemporáneos en cuanto a…?
(a) erudición,
(b) ¿realmente entiendo a las personas y soy capaz de llevarme bien con ellas?
(c) ¿estoy tratando de hacer de mi cuerpo un instrumento útil o lo estoy desperdiciando?
Con el amor más cariñoso
Papá
que hombre tan extraordinario, es mi favorito, como activista lesbiana de la universidad del zulia de maracaibo, adoro a este escritor¡ elida aponte sanchez