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RIF (De piojos y gas mostaza), cabaret y teatro crítico de Laila Ripoll y Mariano Llorente

Alberto Medina.

El siglo XIX trajo consigo que las expansiones territoriales de las potencias europeas se vieran refrendadas en amplios dominios africanos limitados por tiralíneas. España no se iba a quedar atrás, y en tiempos de Isabel II conquistó la zona norte de Marruecos: el Rif, que se convertiría en el protectorado español de Marruecos. Muy pronto el hierro de sus montañas fue explotado por las élites hispanas, y fue el peligro de perder estos yacimientos lo que desencadenó una sangría para España.

RIF (de piojos y gas mostaza) es una obra de Laila Ripoll y Mariano Llorente que abrió el 40º Festival de cine de Málaga.

La obra trata sobre el día a día de los jóvenes españoles que fueron reclutados para la guerra de África y cómo enfrentan los problemas y obstáculos que se presentan en la contienda. A través de la comedia y el drama, la obra aborda temas como la amistad, el amor, la familia y la superación personal. Dos compañeros, Antonio (Mateo Rubistein) y Martín (Jorge Varandela) entrecruzan sus vidas opuestas (uno cabrero andaluz, otro de la clase alta gallega) para llegar hasta Marruecos. Tan pronto como llegamos a Melilla se abre al espectador un sórdido cabaret que deja entrever las miserias humanas.

Como comentan sus creadores Mariano Llorente y Laila Ripoll “Con Rif (de piojos y gas mostaza) nos hacemos, por encima de otras muchas, la siguiente pregunta: ¿qué derecho tenía España a colonizar y explotar el Rif? A partir de ahí, al volver la vista a lo que quedó tras casi medio siglo de Protectorado, tras los miles de muertos de ambos bandos, tras la crueldad insoportable de las mutilaciones, de los incendios y los bombardeos, tras la utilización perversa por parte de los sucesivos gobiernos españoles de los indígenas rifeños para intentar paliar la altísima mortalidad de los peninsulares, con todo eso, decimos, el espectáculo que puede responder a esta pregunta inicial se ha de entretejer con humor y tristeza. No encontramos otra salida que el sarcasmo y el dolor para desvelar la incontenible corrupción del estamento militar y su ridícula hombría, además de la rapiña de aquellos gobernantes y de las compañías mineras.  Pero también para traer al escenario la conmoción de todo un país, de charanga y pandereta como diría el poeta, que vio cómo sus hijos eran enviados a morir por nada, y obligados a matar a unos nativos que eran tan desgraciados y tan pobres como ellos y que tenían todo el derecho a proteger su tierra.”

La obra, coproducida por el Centro Dramático Nacional, Micomicón y A Priori, nos narra con todo lujo de detalles una parte de la historia de España. Las dos horas se pasan muy rápidas, gracias a su elenco actoral que se multiplica en diversos papeles: Arantxa Aranguren (Paca/María Victoria de Melilla/Odalisca), Néstor Ballesteros (Militar 3/Gauchito, un exlegionario argentino), Juanjo Cucalón (Militar 1/Oficial corrupto/Un general/ Don Emilio Gabrielín), Ibrahim Ibnou Goush (Abdelkrim/Hafid/Jabibi/Odalisca/ Periodista 2), Carlos Jiménez-Alfaro (Francisco Franco/Militar 2/Teniente/Un capitán/Casimiro Lagorda/Periodista 1), Mariano Llorente (El general Fernández Silvestre/Diputado llegando a Madrid/Don Paco/El señor de los muñecos),  Sara Sánchez (Cuentacuentos rifeña/Ikram/La niña del Gurugú).

Al final el espectador se queda con el regusto amargo de las guerras inútiles. Vidas que no merecen nada para los gobernante y que son solo combustible para la gran máquina que es el capitalismo.

 

40 FESTIVAL DE TEATRO DE MÁLAGA. PROGRAMA COMPLETO.

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