Ruido de fondo (2022), de Noah Baumbach – Crítica
Por Jaime Fa de Lucas.
No sé qué tipo de experiencia epifánica vivió Noah Baumbach para decidirse a adaptar la novela Ruido de fondo de Don DeLillo, pero debió ser de proporciones épicas, ya que la novela, una de las mejores del siglo XX –y que recomiendo leer antes de ver la película–, es bastante compleja y el transvase a la pantalla es prácticamente imposible si uno quiere mantener todos los matices.
Obviamente, Baumbach se deja por el camino muchas cosas; el mayor problema que tiene es que gran parte de la novela resulta estimulante por la infinidad de detalles e ideas que incluye DeLillo, fragmentos que no siempre están rígidamente anclados a la trama principal, pero que dan color subrepticiamente. Sólo por cuestiones de metraje y extensión, el director lo único que puede ofrecer es una versión diluida del texto. Lo curioso es que esta historia, hasta en su forma más desgrasada y esbelta, sobrepasa las dos horas de duración.
Quizá lo más desacertado es que la atmósfera y el tono que despliega DeLillo no están bien concebidos en la película. En la obra original la muerte es un aspecto crucial y acecha a los personajes con cierta sobriedad –hay toques cómicos, pero también hay seriedad–, mientras que en la película todo parece algún tipo de bufonada disparatada con la dama de la guadaña en segundo plano. Quiere tener humor negro y pasar de lo letal a lo jocoso en pocos pasos, pero no convence. El tono cómico es exagerado y el film en ningún momento es capaz de transmitir la profundidad y la mordacidad del libro.
Si pasamos al apartado técnico, también deja mucho que desear. Aunque hay algunas escenas resultonas –cuando Jack se cuela en la charla sobre Elvis o cuando se ve la nube tóxica a su espalda mientras echa gasolina–, hay muchos elementos cutres que desequilibran la balanza negativamente, desde un uso cuestionable de la música hasta algunas decisiones de fotografía algo dudosas, pasando por momentos de teatralidad exacerbada que no sabemos si son voluntarios o no. En cuanto a los actores, creo que Adam Driver y Don Cheadle cumplen más o menos, pero Greta Gerwig está espantosa, más que a actuar, parece que fue allí a leer frases.
En general, el Ruido de fondo de Baumbach es un proyecto fallido. No sólo ignora varias capas importantes de la novela –la visión crítica de la sociedad, los efectos del bombardeo de información, las consecuencias de que la televisión se convierta en el centro de la cultura, etc.–, sino que ni siquiera consigue ser algo que funciona por sí mismo. Y el director pone la guinda al pastel con una coreografía final en un supermercado que intenta reflejar tímidamente un aspecto del libro, pero que queda como una mera anécdota pop que seguro que hizo que Don DeLillo se retorciera en su casa al verla.
Antes de saber que era una adaptación de un libro, creí que era una «bizarra» manera de contarnos el transtorno sicológico, que carga la sociedad, post «plandemia»….Quero decir, pandemia.