«Papel de Lija» de Myriam Soteras

Por Pablo Llanos Urraca.

Myriam sabe mucho, muchísimo de poesía. No solo eso. Compone e interpreta poemas de forma magistral. Llevaba tiempo escribiendo poesía para «La Charca Literaria» e interpretando sus poemas en numerosos recitales. Haber sido editor, o dirigir un club de lectura poética son solo algunas más de las actividades que le llevaron a tonificar sus músculos poéticos para llegar a su primera publicación editorial en un estado de forma poco habitual para un autor novel.

Si Myriam tenía una deuda con el género poético, era la de no haber publicado ningún poemario. Algo que ha saldado en 2022 al ver la luz Papel de Lija (Ediciones Tremendes). Una obra que explora la relación con la memoria, como si poesía y memoria pudieran desligarse.

Juan Ramón Jimenez escribió: «Si te dan papel rayado, escribe de través; si atravesado, del derecho». Sin embargo todos recordamos esta cita como un pareado: «Si os dan papel pautado / escribid por el otro lado», que es como Ray Bradbury la referenció al inicio de Farenheit 451, esa distopía en la que los bomberos quemaban la literatura y los ciudadanos la memorizaban.

Podríamos pensar que a Myriam Soteras le dieron papel de lija y decidió escribir por el otro lado. Pero no. Ella agarró el papel de lija, afiló sus lápices con el anverso y escribió por el reverso. Porque la poética de Myriam es de lápices afilados, poemarios aprendidos y memoria que resbala como el recuerdo difuso de la frase de Juan Ramón Jimenez.

Los primeros versos de Papel de Lija lo dejan claro: «La memoria pensada / camina del revés / cruza la línea de la verdad / y ya es sospecha».

El título de la obra ya nos da una pista de lo que nos vamos a encontrar dentro, poemas llenos de evocación, absolutamente actuales pero convenientemente lijados y con una capa de veladura que, como ella dice, es la sospecha del paso del tiempo en la memoria.

Sanada la ignorancia
audaz de los lechales
con la cordura que da
haber besado a un muerto,
macero el tiempo glauco
en la doblez de la arruga

Esta poesía nueva pero que suena a clásica es fruto del dominio técnico del género que posee la autora. De La artesanía de sus poemas dan como resultado composiciones bien pulidas y aún así singulares. El dominio de la métrica, la musicalidad, el sujeto poético, el encabalgamiento, consiguen que un poema dedicado a un austronauta que vuelve a la tierra parezca evocar siglos pasados: «Y en la punta del alfiler con que la cuna castiga al exiliado / mi yo más mío invierte la órbita del pulso: / no sé volver».

Decía Sharon Olds que escribir poesía es hacer arboles con muebles viejos y Myriam Soteras no solo consigue lijar los muebles viejos hasta convertirlos en árboles. Se queda a un paso de dejar que esos árboles den fruto. Un paso que deja al lector, que con su interpretación será el encargado de recoger los frutos de sus versos, de realizar la cosecha de esa memoria que poetiza la autora. Como escribe Amy Hempel «Acaso no somos todos la cosecha de alguien». Myriam, aunque se resista, es cosecha de sus lecturas y sus maestras, lo que nos deja a sus lectores como herederos de la poética que ella rememora con lápices afilados con papel de lija.

Tender sobre el prado el rebaño de futuros.
Olvidarlo.
No ser más heredera de la ruta del pastor

Papel de Lija

Myriam Soteras

Ediciones Tremendes

2022