El enemigo del Estado más peligroso
Un cómic donde Millar y Romita nos dan lo mejor de sí.
Marvel gusta de los aspectos políticos para estructurar algunas de las obras más icónicas. La muerte del Capitán América es un buen ejemplo, otro es Civil War, con sus dferentes vertientes, y ahora estamos ante otro ejemplo interesante en Lobezno Enemigo del Estado. Esta obra, escrita por Mark Millar y dibujada por John Romita Jr., fue publicada inicialmente a finales del 2004 y comienzos del 2005. Panini la ha publicado en diversas ocasiones y ahora entra a formar parte de su colección Must Have. En este trabajo se plantea qué pasaría cuando un mutante como Lobezno fuese controlado por Hydra y La Mano.
La premisa es sumamente interesante y la narración de Millar es, sin duda, eficaz. Al fin y al cabo, el atractivo de Lobezno lo encontramos en su salvajismo. El hecho de que este personaje no tenga ataduras emocionales hace que se pueda exacerbar su carácter primitivo. De tal modo que estamos ante un cómic interesante y sugerente porque veremos a un Lobezno realmente impactante. En este sentido, la obra es entretenida y nos hace estar pegados a sus páginas, pero, como siempre realiza este guionista, la obra carece de profundidad. Por esta razón, la obra no es un de personajes. No hay desarrollo emocional sobre sus conflictos, emociones, crisis, etc. La historia está centrada en la acción y en la confusión que genera la premisa de la historia.
En este sentido, la metáfora que subyace a este trabajo (como a otros publicados también por Marvel) estaría relacionada con el trasvase de poder. Esto es, los mutantes son seres poderosos y, por ello, su control es fundamental para un Estado y para la democracia. No obstante, si este control estuviera en manos de los enemigos, la situación se volvería francamente complicada. Ante esto solamente queda la opción de luchas sin descanso para revertir esta situación.
Esta lógica interna no es otra que la ofrecida por la cultura estadounidense durante largos años y que está asentada en dos ideas fuerza. La primera es que el control es fundamental para mantener el orden y el poder. La segunda es que cuando la situación no funciona debemos luchar con todas las armas que tengamos a nuestra disposición. En toda esta estructura lógica no cabe ninguna posibilidad para el diálogo o para la diplomacia. Todo esto lo encontraremos en este cómic.
Por otro lado, Romita nos ofrece una narración gráfica bien definida. En ella no hay una estructura concreta, sino que se realiza un desarrollo funcionalista y basado en el impacto emocional. No obstante, se utilizan especialmente las viñetas horizontales que ofrecen más posibilidades al creador para mostrar la acción. Aunque este narrador opta por rostros angulosos, lo que podría dar opciones a la narración, los aspectos emocionales están un tanto limitados, ya que el desarrollo de las expresiones faciales es un tanto anodino. Esto hace que el cómic resulte un tanto frío.
Me ha resultado especialmente llamativa la narración de la historia titulada “El prisionero número cero”, publicada inicialmente en noviembre de 2005. Su carácter más oscuro y feísta le otorga un elemento de realidad que hace que te introduzcas más en la historia. Una historia que, por otro lado, tiene un carácter más tétrico y macabro que las demás.
En definitiva, estamos ante un cómic entretenido y con un marcado carácter comercial. Un trabajo sin profundidad, donde lobezno muestra el carácter que se espera de él y hará las delicias de sus seguidores.
Por Juan R. Coca