«París 1940», de Louis Jouvet, en lecciones magistrales de Josep Maria Flotats
Horacio Otheguy Riveira.
Louis Jouvet falleció una década después de lo que sucede en esta obra, París 1940: sus ensayos con una joven actriz, alumna suya en el Conservatorio de Arte Dramático. Al principio se nos informa que la soldadesca alemana, que ha irrumpido en Polonia, se expande por Europa. Muchos artistas están «tocados», pero las creaciones y las clases de interpretación continúan. Y en este caso lo hacen sobre una escena del Don Juan de Molière, que se ha representado menos, frente a otros sobre el donjuanismo o el hombre que atrapa a las mujeres y rara vez estas logran defenderse con energía. Sí consigue enfrentarse Elvira en una escena. La pieza se estrenó el 15 de enero de 1665, basado en El burlador de Sevilla «atribuida» a Tirso de Molina.
El triunfo de Elvira es único en la historia mundial del imponente seductor, como único fue Jouvet en la del Teatro francés; maestro, actor (también en el cine con 32 películas) y director, y único es Josep Maria Flotats, formado en Francia, con compañía propia en su Cataluña natal, y desde Madrid para toda la España castellana con nueva Compañía desde 2003, año en que reinicia un periplo de enorme éxito con producción propia o coproducción con teatros oficiales.
En este Teatro Español (donde tuvo éxitos inolvidables), ahora dirigido por Natalia Menéndez y Luis Luque, regresa con esta nueva versión 19 años después de su estreno en el Teatro Bellas Artes. Y el resultado es una mágica unión de clase magistral y placer infinito para los amantes del teatro.
Sobre la excelente traducción de Mauro Armiño (toda la obra de Molière), habitual de las producciones de Flotats, este trabaja cada situación, cada silencio, cada pausa con los intérpretes en escena y entre el público, haciéndolo partícipe sin necesidad de hablarle ni tocarle, con su mera presencia, y es también el responsable del espacio escénico, realista y misterioso; a su vez se ocupa del vestuario y de la banda sonora, importantísima, especialmente en una secuencia inédita con todos los intérpretes atentos a un antiguo disco donde conmueve una actriz que canta…
De silencios y emociones habladas está poblado un mundo de lecciones teatrales por el que navega la existencia de estos personajes mientras las temibles botas alemanas se acercan a una ciudad que los espectadores ya sabemos que fue ocupada de 1940 a 1945. Mientras va recorriendo Europa el miedo, el frío, el hambre, los asesinatos…, junto a Jouvet sus estudiantes trabajan duro. Muy exigente con la joven que quiere ser actriz, y allá van juntos, a por todas, porque la genialidad de esta función consiste en trascender la dificultad de crear un personaje con las mejores armas posibles… e imposibles, teóricas y prácticas, pues de cada repetición, de cada ascenso, caída y fortalecimiento mayor de los intérpretes de la obra de Molière, constantemente se habla, directa e indirectamente, de la vida, de la evolución humana en el día a día, y para ello se alza la voz de Elvira que insiste en salvar a Don Juan de sus miserias.
Un espectáculo único en el que la experiencia teatral se desnuda con elegancia, sutilezas y rico bagaje de sugerencias; una función que va creciendo y se yergue con una fuerza magnífica en un doble final sobrecogedor: última lección con una interpretación formidable, y un epílogo sin palabras que difícilmente olvidaremos.
«(…) LOUIS JOUVET: Deja a un lado tus conceptos, tus ideas, créeme, trabaja el sentimiento. (…) No puedes decirte: voy a interpretar esto como una aparición, y darlo confortablemente, sin esfuerzo, sin dolor. ¡Ah, no! Sería demasiado fácil. Tienes que desarrollar tu sentimiento, violento, profundo.
CLAUDIA recoge sus libros. Jouvet habla a Octavio y a León)
LOUIS JOUVET: No está convencida. ¿Crees que si te digo esto es por el placer de explicarte pamplinas? Quizá dentro de veinte años pienses en lo que ahora te digo, cuando cuentes tus recuerdos del Conservatorio. “¡Cuánto me aburría en sus clases! ¡Y encima tres años enteros! No me gustaba nada. Pero un día me dijo algo que no estaba mal: “El pensamiento debe ir acompañado de un sentimiento violento, de un sentimiento profundo. Con la inteligencia dramática sólo, sin el sentimiento no llegarás nunca a nada”. Lo único que deseo, durante estos tres años, es lograr que un día, por un instante, toquéis con el dedo vuestro instrumento. (…) Una vocación es un milagro que debemos realizar día tras día con nosotros mismos».
Permitan que haga mías las palabras de Jouvet:
“En el fondo de mí mismo no estoy inquieto por el teatro, lo amo demasiado y sé demasiado
bien su superioridad y su poder real, para mí es una religión del espíritu; pero no estoy seguro de que todos los que lo practican o que lo viven actualmente estén igual de convencidos, que no tengamos que soportar algunos años penosos de pobreza en todos los aspectos, y de eso es de lo que hay que hablar y prevenir a los que vienen”.Josep Maria Flotats
PARÍS 1940 TEATRO
De: Louis Jouvet, según el Elvire‐Jouvet 40 de Brigitte Jaques.
Extraído de Molière et la Comédie Classique de Louis Jouvet.
Traducción: Mauro Armiño
Dirección: Josep Maria Flotats
CON
Josep Maria Flotats (Louis Jouvet)
Francisco Dávila (León)
Natalia Huarte (Claudia)
Arturo Martínez Vázquez (Bedel)
Juan Carlos Mesonero (Octavio)
EQUIPO ARTÍSTICO
Diseño de iluminación Albert Faura
Diseño de espacio escénico,
vestuario y banda sonora Josep Maria Flotats
Voz en off Pep Planas
Grabación de voz en off Estudio OÍDO (Jordi Benet)
Ayudante de dirección Eugeni Mataix
Una producción del Teatro Español.
Teatro Español. Sala Principal. Del 17 de noviembre de 2022 al 8 de enero de 2023