Música

Madrid se pone a los pies de Alba Reche y su “Honestamente triste”

Por Mariano Velasco

Fotografías: Cristina Velasco

Seguramente en un ataque de romanticismo, se cuenta que allá por 1835 José de Espronceda se inventó el verbo “rielar”, y se lo conjugó en tercera persona del singular a la luna lunera como sujeto en un versito de la famosa Canción del Pirata, “la luna en el mar riela”, describiendo de tal guisa el bellísimo efecto del tembloroso reflejo de la luna sobre la inmensidad del mar, ante el que todo mortal, más de una vez, se habrá quedado embobaíto. El palabro no estaba documentado con anterioridad, y la RAE acabó recogiéndolo en su diccionario como “resplandecer o brillar con luz trémula una cosa”.

Pues yo no voy a ser menos y, no sé si en pleno ataque de romanticismo, de emocionada sensibilidad o qué, voy y me invento el verbo “rechear”. Y se lo conjugo en tercera persona del singular a la cantautora Alba Reche después de asistir, embobaíto también, a una nueva clase magistral de lo que es capaz de hacer y transmitir esta mujer sobre el escenario, como nos volvió a demostrar el sábado en su concierto, con lleno absoluto, en la sala Ocho y Medio Club de Madrid presentando su último trabajo, el personalísimo “Honestamente triste”.

Dícese – propongo como significado para “rechear” – del acto de transmitir al público mediante la voz, el ademán y la entrega y presencia sobre un escenario todo un despliegue de emociones y sentimientos empapados en sinceridad, honestidad y ternura, zarandeando a un tiempo el alma o sentir de quién escucha, inclinándola ora hacia la tristeza y la melancolía más profundas, ora hacia un subidón estratosférico de alegría que te cagas y brillando también, por qué no, con luz trémula. Y todo ello en forma de canciones.

Canciones que dicen cosas, si la extensión de la entrada del diccionario me permitiera anexar, tales como “tus manos me soltaron con la fuerza de quien quiere dejar de formar parte de mi”, “ya me da igual qué dirán”, “me forzaron a querer dentro de una habitación” o, como consecuencia de esta última, “me costó mucho quererme aunque llevase la razón”.

Tras tres discos y sendas giras ya en su haber – con pandemia de por medio – creo que no es aventurado decir que pese a su juventud, Alba Reche ha alcanzado una sorprendente madurez, en su manera de componer y, sobre todo muy especialmente, sobre el escenario, donde esta mujer, experta ya en tales lides, se diría que “rechea” de lo lindo. Quién mejor si no ella.

Vamos pues al grano. Abre Alba Reche los conciertos de su gira “Honestamente triste”con toda una declaración de intenciones en un arranque modo techno que hasta ahora no se le había adivinado: “¿y si fuera sincera?”, nos pregunta. Pues he aquí lo que sucedería si ella fuera o fuese sincera: una colección de cinco temas, que son los que conforman este su reciente Ep, editado en vinilo, y que no posee ni un surco de desperdicio, que nos sumergen en sensaciones que giran y giran alrededor de la tristeza: el desamor y la soledad (“Como si no importara”), el perdón a una misma, el reconocimiento y la aceptación (“Esa también fui yo”), el saber plantarle cara a la tristeza (“Estoy azul”) y al final, el tirar pa’lante con lo que una es sintiéndose orgullosa y firme, y no mirar para atrás ni para coger impulso (“No cambies tu andar”). Y a los que suma todo un repertorio de temazos de sus trabajos anteriores, como “La Culpa”, “Quimera”, “Aura”, “El desarme”, “Flor alta”, “Escúchala” o el aclamadísimo “La Posada”, con el que el rechismo acostumbra a darlo todo y a venirse bien arriba. En definitiva, a tomar por culo la tristeza.

Estaba encantada Alba en la Sala Ocho y Medio de Madrid, y no era para menos: su hermana Marina Reche, su segunda voz en los conciertos, estrenando canción en solitario, la preciosa “No fue así “; su madre entre el público coreando “mi madre me dice no cambies tu andar»; su abuela, también entre el público, llora que te llora, y la gente, entregada, chillándole guapa, guapa, guapa… Y ella que va y dice que «se pone una tontorrona».

Y es que se la ve a Alba Reche concierto tras concierto cada vez más a gusto sobre el escenario, por el que se mueve, baila, salta, chilla, gesticula, se retuerce y grita con soltura sin perder la sonrisa, su capacidad de encanto ni, sobre todo, el poderío arrullador de su especialísima voz, manejando a su antojo a un público que la adora y haciendo lo que le viene en gana con todas y cada una de sus canciones. Las que canta en solitario y las que comparte con artistas por los que, también se le nota, siente especial debilidad. Así lo hizo el sábado con Walls, con quien interpretó la divertida “Todo mal” (canción que debería pasar a la historia por la manera en que Alba dice “mierrrrda”), dándolo todo ambos sobre el escenario. Y también con Dani Sabater, con quien inicia un diálogo desesperado echándose en cara todo lo que se pueden echar en cara el uno al otro en la bellísima “Como si no importara” y terminando ambos, como no podía ser de otro modo, superando la tristeza en el arranque desenfrenado con el que se cierra en directo la canción, y con ella los conciertos.

Alba Reche y Dani Sabater

Es decir, que queda bien claro que Alba disfruta como una niña de lo que hace, y que, al menos ahí arriba y pese a haber dedicado su disco a la tristeza, ella es inmensamente feliz. Y ahí reside en gran parte, sin duda, la clave de su éxito. Como también se las ve, inmensamente felices, a las componentes de la banda que la acompaña, formada por Saray Saéz a la batería (cómo manda cada vez más, como sucede en las grandes bandas, en los conciertos de Alba este instrumento, y cómo se lleva esta mujer cada canción a su terreno), Diddy Stain a la guitarra, Greta Ch’aska al bajo y su hermana Marina Reche a los coros como segunda voz.

Después de haberse graduado cum laude en la plaza de la sala Ocho y Medio Club, todo un clásico en los conciertos madrileños, creo que es justo afirmar que aquella jovencita que a punto estuvo de ganar OT en 2018 ha dado un enorme paso al frente y un puñetazo sobre la mesa para consolidarse como la inmensa artista que hoy es. Que a poquito que esta mujer sonará algo más de lo que suena en las radios, que supongo que no lo hace porque su muy personal propuesta apuesta más por la autenticidad que por lo comercial, alguien tendría que ir ya pensando en retos más altos. Que hay un sitio en Madrid, yo ahí lo dejo, que se llama WiZink Center, y todo un mercado por conquistar al otro lado del charco, donde ya cuenta con miles de seguidoras. Yo ahí también lo dejo.

Y eso que he de confesar para terminar que, tonto de mí, uno tenía serias dudas sobre cómo iban a funcionar algunas de las canciones más personales de este “Honestamente triste” en unos directos en los que, cada vez más, sus fans corean hasta el último lamento de la Reche, con lo que ello tiene de pérdida de intimidad. Qué equivocado estaba. La mejor prueba de ello es la interpretación que Alba Reche hizo en Madrid de “Esa también fui yo (quiero acordarme)”. Una canción que no es una canción, es otra cosa bien distinta, es una confesión tan personal que requiere, requeriría pensaba yo, la intimidad de una reunión con familiares o las amistades más cercanas. El momento que se vive en el concierto, la comunión con el público, es insuperable. Se rompe cualquiera fácilmente en ese instante en el que Alba Reche, después de culparse y requeteculparse, cagarse y requetecagarse en la “puta canción” y admitir que le costó mucho quererse aunque llevase todita la razón, se hace el silencio un segundo, ella abre los brazos como esperando miles de abrazos y concluye, derrochando honestidad con el liberador “esa también fui yo“ que tan bien la define. Eso, y no otra cosa, es “rechear”. Puro teatro, en el sentido más artístico de la expresión. Tan bello y emocionante como contemplar el trémulo reflejo de la luna sobre la inmensidad del mar.

 

 

2 thoughts on “Madrid se pone a los pies de Alba Reche y su “Honestamente triste”

  • Gracias me has emocionado .soy de latam y viéndola en videos ella me emociona es tan mágica Alba Reche

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    • Gracias a ti por la lectura. Un fuerte abrazo y espero que la disfrutéis pronto por allí.

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