La perspectiva no comprendida de Alan Moore
La publicación de Watchmen. La saga completa (ECC) nos permite comparar las diferentes perspectivas insertas en la saga.
Alan Moore es uno de los autores de referencia en el noveno arte que ha sido enormemente laureado. Resulta complicado encontrar otro autor tan sugerente y repleto de elementos simbólicos e interpretaciones múltiples en sus obras. De hecho, la obra de la que vamos a hablar ha sido estudiada y analizada desde diferentes perspectivas. Así mismo, todos conocemos que este autor ha rechazado las reinterpretaciones que se han ido realizando sobre sus obras. Tras leer y releer el afamado Watchmen, y compararlo con las diferentes obras que componen Antes de Watchmen creo poder aportar una pequeña luz sobre este desencuentro (interpretación, evidentemente, provisional y revisable).
Hablar de Watchmen es hacer referencia a un icono internacional. Una obra enormemente exitosa que ha logrado alcanzar, en España, once ediciones en su edición rústica, cuatro ediciones en su versión cartoné, tres ediciones en la versión Deluxe y que ha sido publicada también en catalán y en blanco y negro. De manera muy resumida podríamos indicar que esta obra parece ser un juego narrativo en el que Moore escribe una obra sobre el cómic de superhéroes. En él nos van a contar las historias de dos grupos de superhéroes: los Minutemen y los Watchmen. Cada héroe va a tener una particularidad psíquica, moral y una vida que se va a ir desarrollando en la obra. Además, el sorprendente cómic nos adentra en un conjunto de humanos que están dispuestos a luchar contra la violencia o contra lo que entienden por maldad. La obra fue concebida como una serie de doce números planteados formalmente de un modo racionalista, tanto en la narración escrita como en la configuración de la narración visual.
Antes de Watchmen es un conjunto de obras de diversos autores y con perspectivas diferentes, en función del equipo creativo. En ella nos encontraremos con Antes de Watchmen: Búho Nocturno con guión de J. Michael Straczynski y dibujo de Andy Kubert; Antes de Watchmen: Dr. Manhattan, que ya va por la Segunda edición, contó con el guión de J. Michael Straczynski y dibujo de Adam Hughes; Antes de Watchmen: El Comediante, que también va por su segunda edición, tuvo guión de Brian Azzarello y dibujo de J. G. Jones; Antes de Watchmen: El corsario carmesí (Segunda edición) contó con el guión de John Higgins y Len Wein, dibujo de John Higgins; otro volumen fue Antes de Watchmen: Espectro de seda (Segunda edición) firmado por Amanda Conner y Darwyn Cooke, en el guión, y Amanda Conner a los lápices; Antes de Watchmen: Minutemen, tuvo el guión de Darwyn Cooke, J. Michael Straczynski y Len Wein, con dibujo de Darwyn Cooke, Eduardo Risso y Steve Rude; y finalmente Antes de Watchmen: Rorschach (que es el más exitoso con su cuarta edición) firmado por Brian Azzarello (guión) y Lee Bermejo (dibujo).
Antes de Watchmen tiene un marcado carácter introspectivo. En las obras se nos cuenta la vida de cada uno de los personajes y se adentra en los conflictos propios o con otras personas. Watchmen no está tan preocupado por estas cuestiones. De hecho, este trabajo tiene un fuerte componente político. A mi juicio, Watchmen es una obra fundamentalmente Etic, aunque presenta algún elemento Emic, mientras que Antes de Watchmen es un texto Emic, y aquí radica el problema. Intentaré explicar esto. Kenneth L. Pike desarrolló estos conceptos, desde una perspectiva lingüística, para hacer referencia a la “phonETIC” y a la “phonEMIC”. No obstante, esta idea inicial se fue variando hasta indicar lo siguiente: Emic sería la visión que una persona tiene, mientras que Etic haría referencia a la perspectiva de un agente externo. Posiblemente esto no nos diga demasiado, así que vamos a dar un paso más.
Cuando hablamos de la perspectiva emic hace referencia a perspectivas internas, psíquicas, emocionales, subjetivas… En Antes de Watchmen nos vamos a encontrar con esto. Realidades subjetivas, vidas, venturas y desventuras, decisiones, etc. Todo esto planteado desde una perspectiva personal de cada personaje. Sin embargo, Watchmen tiene un claro carácter etic. La perspectiva deja de ser subjetiva y se centra en los condicionantes que la sociedad y la política condicionan la vida de los personajes. Por supuesto es importante hablar de la vida de éstos, pero en la narración no es el elemento preponderante. Ahí está, a mi juicio, el problema que Moore ha tenido siempre con las reinterpretaciones de sus obras.
Moore analiza problemas sociopolíticos desde una visión descarnada y profunda. Ahonda en los hilos de poder que conforman la realidad. Esos hilos son incómodos y poco o nada agradables. Por esta razón es tan difícil emular al maestro. Podemos hacer trabajos semejantes, pero siempre estaremos lejos de mostrar los entresijos desagradables que afectan, constantemente, a nuestra vida. Pongamos algunos ejemplos. ¿Quién es el comediante? ¿Acaso no es fruto de la intencionalidad de un poder con pretensiones de universalización? Sigamos con más ejemplos. Ozymandias es la materialización de la decadencia de un imperio que pretende mantenerse caiga quien caiga. ¿Pero a quién representa? ¿No es acaso materialización del imperialismo de los Estados Unidos de América? Un tercer ejemplo será Búho nocturno, quien representa a la clase media cobarde, motivada por la pasión sexual, pacata en sus acciones e insegura.
La brillantez de Watchmen está, repito, en su carácter político y en su crudeza simbólica. Moore nos critica a todos, a cada uno de nosotros, nos tira a la cara nuestras decisiones por haber sido construidas por otros y por estar al servicio de poderes políticos. Estos aspectos etic no los he podido percibir en las precuelas. La cuestión, entonces, no es la guerra, la violencia, la locura, el heroísmo o la catástrofe nuclear. La cuestión es lo que subyace a eso que acaba de ocurrir y que no existe nadie que pueda pararlo: el poder. Todos y cada uno de nosotros somos penosas marionetas que pensamos que realizamos actos heroicos, pero el heroísmo, de un modo u otro, es un absurdo.
Por Juan R. Coca
Entiendo, entonces, que viene a ser como la Guerra de Independencia de España contra las tropas napoleónicas… Se dice que los españoles se levantaron contra los franceses por los abusos que cometieron, cuando, aún siendo esto cierto, se levantaron porque los manipularon los poderes nacionales, a saber, iglesia y nobles, al ver amenazado su poder. No?
Muy buen artículo, por cierto.