«La leyenda negra de Largo Caballero», de Juan Moreno
Horacio Otheguy Riveira.
«Desde el año 1909, ¡treinta años!, no me he visto libre jamás de las garras de la policía y de los tribunales, y todo por el delito de tener ideas socialistas». Así se expresó Francisco Largo Caballero en su tiempo. Y 76 años después de su muerte, en el exilio en París —con 76 años—, el odio de la derecha irracional y apátrida continúa, ya que el Ayuntamiento de Madrid, presidido por Martínez-Almeida, en compañía de Ciudadanos y Vox, ha eliminado todo vestigio de homenaje al «Lenin español». Lo hicieron en 2018 y en 2022 recurren una sentencia judicial en su contra, tras una demanda del PSOE… «No actuaremos hasta que la sentencia no sea firme».
Personalidad de gran energía política y honestidad a prueba de balas, vuelve a ser vilipendiado acusado de actos violentos con delitos de odio y sangre inexistentes.
El libro de Juan Moreno no puede ser más oportuno, desarrollando en sus páginas pormenores de gran interés sobre una de las figuras más valiosas de la corta historia de la democracia española.
Hijo de una empleada de hogar y de un carpintero con quienes tuvo una infancia muy difícil de sobrellevar, Francisco Largo Caballero nació el 15 de octubre de 1869 en un buhardilla de Chamberí. Un contexto social y económico que marcaron su conducta, llevándole a desarrollar una gran conciencia de clase desde su niñez, y terminaron por convertirle en un hombre de gran cultura que descubrió en la filosofía marxista un campo donde sembrar sus mayores inquietudes. Se le consideró uno de los marxistas más influyentes en la historia de España e Hispanoamérica.
Con solo siete años y tres de escolarización en la escuela aprendió un oficio con el que empezó a ganarse su pan. Colaborando siempre con la modesta economía familiar, a los diez años ya había pasado por varios oficios hasta dominar el de estuquista (creación de objetos artesanales con base en yeso), al que se dedicó durante la mayor parte de su vida.
Finalmente, Francisco Largo Caballero fue un sindicalista y político, dirigente del Partido Socialista Obrero Español y de la Unión General de Trabajadores. Se afirmó como el dirigente obrero más relevante en España y auténtico heredero del fundador, Pablo Iglesias, al tiempo que un dirigente de masas, ministro y presidente del Gobierno, promotor y mantenedor de proyectos societarios.
La personalidad y la actuación de Largo Caballero fueron siempre complejas, poliédricas y contradictorias. Le tocó vivir tiempos convulsos en primera línea de la política: la dictadura de Primo de Rivera, la República y la Guerra Civil. Su liderazgo y sus decisiones han sido muy criticados y, su figura, desnaturalizada con frecuencia.
En su calvario en el exilio clamaría: «Desde el año 1909, ¡treinta años!, no me he visto libre jamás de las garras de la policía y de los tribunales, y todo por el delito de tener ideas socialistas». Era marxista revolucionario pero también un reformador social y un sindicalista pragmático. Fue cinco veces concejal en el Ayuntamiento de Madrid donde combatió la corrupción al tiempo que dirigía la ejemplar Mutualidad Obrera. Desde la huelga general en España de 1917, que casi le llevó al paredón, pasó por etapas legalistas y rupturistas. Rehuyó la confrontación con la dictadura de Primo de Rivera pero se implicó en la llegada de la República en 1931 donde fue un gran ministro de Trabajo; en 1934 se embarcaría en la fracasada Revolución de Octubre.
Con la llegada de la Guerra Civil se recurre a él para presidir el Gobierno desde el cual intentó disciplinar al ejército y mantener unidos a los republicanos. Enfrentado a los comunistas y a una parte de los socialistas, en 1937 fue obligado a abandonar el cargo, y en Francia fue perseguido por los agentes franquistas hasta terminar en el campo de exterminio nazi de Oranienburg.
Al regresar a Francia en 1945, con pocos meses de vida por delante, sintiéndose «más español y más socialista si cabe que nunca» defendió su propuesta de una Transición pacífica y sin revanchas. Esta vez tuvo el apoyo de Indalecio Prieto y del PCE pero ya era tarde para él… y para España.
Nada de leyenda. En las páginas de El Socialista se puede leer, negro sobre blanco, cómo amenazaba con la guerra civil ya en 1931 si las derechas accedían al poder. Era un totalitario peligroso e intransigente. Llamarlo «marxista revolucionario» significa, simplemente, que aborrecía la democracia liberal, pluralista y tolerante, para decantarse por un régimen de partido único, o sea, una dictadura como la que aún sufren en China o Corea del Norte. De leyenda, nada. Hechos. Largo Caballero es un personaje digno de figurar en la galería de los oprobios de la historia española.
Si Largo Caballero en 1931 aseguraba que habría guerra civil si las derechas subían al poder tenía razón. No subieron al poder y por eso desencadenaron una terrible guerra civil. La democracia pluralista no fueron los marxistas los que la destruyeron, sino las derechas golpistas que tanto la defendían.
Mentira. Era la izquierda quien amenazaba con la guerra.
https://fnff.es/memoria-historica/38672281/los-discursos-de-largo-caballero-instando-a-la-guerra-civil.html
Fue el PSOE quien lanzó un golpe contra la república en 1934 (claro que lo llamaron «revolución», qué cínicos), esa república que decían defender pero que solo les interesaba si ellos ocupaban el poder. Las mentiras de la izquierda ya no se sostienen. Cuando ha salido a la luz la información de la época, todos hemos descubierto la gran farsa. La izquierda totalitaria nunca ha sido democrática. ¿Por qué os creéis que no se habla jamás de la segunda república con todo lujo de detalles? Porque la gente abriría los ojos. El PSOE se desvinculó de Marx en Suresnes, y entonces empezó a caminar por la senda del pluralismo y la conciliación. Ahora tenemos a Podemos que retoma el guerracivilismo, renegando de la Transición y de sus logros. Pero, claro… ¿usted qué va a decir, si es juez y parte? Yo soy músico…
El guerracivilismo nunca desapareció tras el franquismo imperante. Usted es un vivo retrato. Gracias por participar.
Buenas tardes, Largo fue un aspirante a dictador, el Lenin español, le llamaban. Si hubiera ganado la guerra se hubiera convertido en el Stalin español. Por cierto fue Besteiro el que advirtió » vamos a una guerra y ni siquiera sabemos si la vamos a ganar». Pero todo esto no quiere decir que la derecha fueran unos santos, lo que pasa es que ganaron y posiblemente mataron mas, pero la izquierda mató y mucho. Gracias por leer la perorata
Visto por internete, de Largo Caballero, lo que no se es si el biógrafo lo sabrá, mal asunto para él, tanto no saberlo, como en el caso de saberlo no explicarlo:
En un mitin en Alicante, el Caudillo socialista había proclamado el 19 de enero de 1936:
“Quiero decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados; pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la guerra civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos”
(El Liberal, de Bilbao, 20 de enero de 1936)
Además Largo Caballero colaboró con la Dictadura; la de Primo de Rivera, fue un alto cargo de la administración. La cabra tira pal monte
Pensar así es ignorar los movimientos profundos de la vida política. Lo contrario es pensar que hay una doctrina de allí no te mueves. La dictadura de Primo de Rivera tuvo una primera fase de admiración por el primer Mussolini, muy positiva y revolucionaria, que degeneró por la presión burguesa católica y militar. Y Largo Caballero evolucionó. Fue contradictorio y también muy contestado dentro de la izquierda: un hombre, en fin, con todas las de la ley para triunfar si no hubieran llegado los franquistas que corrompieron y destruyeron todo lo bueno conseguido en muy poco tiempo.
Jajajaja, la ostia, me ha llamado ignorante en siete renglones. Bueno pues nada, Largo era un bendito, de hecho dentro de nada lo llamaran San Largo. Adiós, tenga usted un buen recorrido con el libro, que la pesoe se lo agradecerá. Salud.
P.D. Lo mejor «un hombre con todas las de la ley». Y si no las cambia, que la pesoe sabe mucho de eso, vea la actualidad y si usted es historiador deberá saber que el presente se lee con el pasado. Salud
«Perseguido solo por ser socialista» En fin, cada uno vea las cosas como le parezca. Eso no va a cambiar la realidad ni la va a blanquear…
Excelente redacción, pude disfrutar de una lectura realmente interesante
Estupendo. Muchas gracias por compartir tu experiencia.
Juan, somos paisanos. Me llamo José Luis Gutiérrez Casalá. Soy doctor en historia y me propongo hacer un trabajo sobre Francisco Largo Caballero. Me ha llegado, entre otros, tu libro «La leyenda negra de Largo Caballero» ¿ Puedo usarlo para mi trabajo? Gracias un abrazo.
Me parece muy interesante tu punto de vista, saludos!