El retorno de lo(s) reprimido(s)

Para unos, hoy es el día de Todos los Santos, es decir, de los que murieron para vivir más allá de la tumba. Para otros, el aquelarre de Todos los No Muertos, o sea: de quienes vuelven de la fosa para ajustar cuentas con los vivos.

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El zombi es la Encarnación del retorno de lo reprimido: de aquello que, al inhumarlo, nos hizo menos humanos.

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La posmodernidad será conocida (si llega el día D de todos los dictámenes) como la del desquite simbólico-político de los reprimidos por el canon occidental: los hebreos, las mujeres, los homosexuales, los discapacitados, los obesos. Aunque tarde, exigen justicia y reparación. Pero nadie consolará a los que sufrieron… vagan en el éter como por un bosque arrasado.

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Que en el imaginario colectivo el zombi se alimente de cerebros no debería ocultar el que, en realidad, lo hace de conceptos.

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No morir nunca, esa utopía del materialista que no espera nada más allá de la vida, puede convertirse en nuestra peor pesadilla. El zombi es esa alma en pena que busca terminar para siempre, pero no.puede.

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Estos apuntes escritos paseando, en un día de niebla junto al Guadalquivir, renacerán cuando se ponga el sol que siempre sale para quienes no se conforman con el sueño eterno.

José Luis Trullo