De violencia, héroes y antihéroes en el cómic

Portada de la obra Batman Condenado, edición deluxe en blanco y negro.

Mussin es un investigador de la Al-Farabi Kazakh National University quien ha publicado un artículo con algunas ideas sugerentes que me gustaría traeros aquí para vuestra reflexión. En el trabajo se vuelve a la vieja discusión sobre si los cómics son violentos o no y, de ser el caso, si pueden generar efectos negativos en la población más joven. En este sentido, este investigador comenta que el cómic es el principal agente de socialización de la generación “Z” en su ámbito de estudio (Kazajstán). Alguno de vosotros puede pensar que el estudiar algo tan alejado de nuestra sociedad no tiene que ver con nosotros, y puede ser así, desde luego. No obstante, creo que conviene esperar un poco ya que este autor obtiene algunas respuestas que pueden resultar esclarecedoras.

De acuerdo con este trabajo, en el mundo de los cómics se aplica una conformación lógica bimodal. Esto es, algo o alguien estarán en el lado del bien o en el del mal. Por otro lado, ambos polos tienen la misma fuerza de oposición. En este sentido podríamos decir que al lector se le insta a tomar partido y a posicionarse. Posiblemente la respuesta más rápida que nos vendría a la cabeza es que la mayor parte de los jóvenes se situarían en el lado de los buenos. No os así, ni en Kazajstán, ni en España. Al fin y al cabo, los antihéroes y los supervillanos tienen más admiradores que algunos superhéroes. El investigador intenta indagar sobre las negativas consecuencias que esto tiene para la juventud; nosotros no iremos por ahí.

Hace tiempo indicamos que los antihéroes y los supervillanos nos muestran una cara presente en la humanidad. Nuestro lado oscuro. Aquellos elementos internos que están en el interior de la humanidad y nos muestran lo más recóndito y primitivo de nosotros. Me pregunto si estará ahí la respuesta de esta atracción por lo malo, lo feo, lo grotesco, lo violento, etc. ¿Será una reminiscencia de nuestro yo más primitivo? ¿Será una proyección de algunos actos inhibidos que toman cuerpo a través de lo imaginario?

Portada de Rorschach. Antes de Watchmen

Mussin nos muestra, de manera sugerente, que existe una clara inestabilidad entre el bien y el mal. De hecho, existe un fenómeno denominado como maldad racional que muestra esa hibridación constante entre el bien y el mal. Este juego también lo utiliza constantemente el mundo comiquero. Los héroes se vuelven malos y los malos, buenos. Incluso el propio Joker no podemos afirmar, con rotundidad, que siempre ha sido malo; pese a habernos dado grandes momentos de crueldad. Al fin y al cabo, la lógica aristotélica (la de 0 y 1; la de todo o nada) raramente ocurre. La naturaleza nos muestra este constante ir y venir entre lo determinado como bueno y lo determinado como malo. Ello no quiere decir que todo sea relativo, pero, sin duda alguna, en numerosas ocasiones lo bueno o malo será algo contextual. El típico ejemplo de esto lo encontramos en el robo para alimentarse.

Pues bien, en el artículo que estamos comentando se indica que el subtexto filosófico del antihéroe está asentado en una concepción algo determinista del mundo. De hecho, solamente será el acto de matar el único que permita limpiar la tierra del mal. Esta lógica sumamente primitiva funciona con gran eficacia. El espectador siente que esa lógica es creíble e incluso admisible. Por eso entra en el juego. A esta lógica primitiva, se le suele añadir una capacidad intelectual vinculada a la astucia y la manipulación. Estos elementos caracterizan una buena parte de los antihéroes o supervillanos del noveno arte. Estas características son, en buena medida, sugerentes. Al fin y al cabo, los héroes no suelen ser tan astutos como sus contrapartes. Por esta razón, se suelen empatizar más con los villanos que con los héroes, los cuales, además, podrían ser considerados como ñoños y, como dicen los mexicanos, “fresas”.

Me pregunto si la imagen que se construyó en el pasado sobre el héroe está tan edulcorada que no acaba de funcionar. De hecho, en los últimos trabajos sobre Batman podemos comprobar que este personaje se aproxima más a un antihéroe (que no mata) que a un héroe. De hecho, si llegase a matar, según Azzarello (Batman condenado), terminaría en lo más profundo del infierno. Esto hace que sea un personaje bastante atractivo, pese a que, en principio (aunque esto podría ser cuestionable), esté del lado del bien. Algo semejante ocurre con Rorschach, el Dr. Extraño, Constantine, entre otros. Posiblemente, el cómic (como reflejo social) se ha alejado de una visión clásica de lo bueno y lo malo. Aristóteles parece que no termina de funcionar y la vida está repleta de decisiones difíciles que no tienen soluciones bimodales. En fin… sea como sea, todos tenemos claro que este cuento no se acabó.

 

Por Juan R. Coca

 

MUSSIN, A. 2022. Violence as a key form of entertainment in the comics industry. The Journal of Psychology & Sociology 80(1): 128-139. Accesible en: https://bulletin-psysoc.kaznu.kz/index.php/1-psy/article/view/1453. DOI: https://doi.org/10.26577/JPsS.2022.v80.i1.11.

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