Feliz Recuerdo de «¡CHIMPÓN!»: humor negro, blanco y rojo por Petra Martínez y Juan Margallo
Por Horacio Otheguy Riveira
Premio Nacional de Teatro para esta pareja sensacional. Gente de teatro con mucha y muy variada experiencia. Aquí nuestro homenaje recordando una de las últimas funciones aplaudidas.
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Con la relajación y el ingenio habituales en Petra Martínez y Juan Margallo, transcurre una comedia que abarca todos los tonos posibles, filtrados por el humor irónico, surrealista, político y humanista al ciento por ciento en compañía de un público fiel que les aplaude emocionado, como si les abrazara al llegar a casa después de un largo viaje.
… la vida es un suspiro, una pesadilla,
un horror, una maravilla.
Esta vez, Petra y Juan son Tita y JF, ellos mismos y otros, representando impresionantes historias en común de antes de haber nacido, y situaciones actuales, otras ensoñadas, muchas con un aire de improvisación entrañable, como siempre que se juntan en un escenario, pero esta vez sumamente ingenioso.
Y es que sus anécdotas —propias de seres que no saben muy bien si están vivos o muertos pero que transcurren dentro de «un panfleto post mórtem» sin duda alguna— se apoyan en artilugios mecánicos de alta tecnología, empezando por dos fantásticas sillas de ruedas dirigidas a control remoto, siguiendo con una que otra sorpresa, y terminando con un robot de lo más interesante y divertido.
En el camino de estos estupendos actores nos encontramos con la alucinante historia verdadera de que sus padres fueron enemigos en la guerra civil española, y ambos salvados de la pena de muerte por la participación directa de un coronel por un lado, y del otro por un brigadista mexicano.
Los actores-personajes viven situaciones en escena, y cuentan otras, y cada tanto se proyectan imágenes de su pasado más lejano. Y en un momento determinado les da por el colmo de reírse de sí mismos contrastando su época actual con las imágenes de hace unos 40 años, algo que la inmensa mayoría procuramos evitar. Pero ellos no, para nada, cada uno en un extremo del escenario comenta las fotos de su briosa juventud, sin nostalgia, más bien mofándose con mucha guasa, y en esas que aparece un fabuloso helicóptero como el que les perseguía cuando los grises por la calle de Atocha…
El buen humor no les abandona nunca, también les acompaña cuando se meten en situaciones densas que espantan, o se entrometen con holgura en distintas etapas políticas, hasta continuar después del saludo final, conversando con el público y mechando la despedida con encantadoras peripecias de su larga vida teatral combinadas con las de su vida cotidiana.
La directora de la función, Olga Margallo, escribe en el programa de mano una breve semblanza de este ¡CHIMPÓN! que tiene mucho que ver con el corazón y la puesta en escena del espectáculo:
Ya habíamops empezado los ensayos de esta obra cuando mi hijo de ocho años me dijo una tarde: «¿Cuánto rato vamos a estar aquí?». Si hubiéramos estado en una parada de autobús o esperando para entrar al médico, hubiera sido una pregunta normal, pero estábamos en casa, tumbados en el sofá.
— No te entiendo. ¿Estar dónde?
— En la vida -me dijo él.
De eso trata nuestra obra, del rato que estamos aquí. De la facilidad que tenemos de olvidarnos que estamos de paso, que luego vienen otros, y que la vida es un suspiro, una pesadilla, un buen «rato», un horror, una maravilla.
Después del devenir de situaciones desarrolladas como historias independientes que transcurren en un mundo imaginario —incluido un Romeo y Julieta con final feliz—, hay una coda final con buena música y fotografías muy especiales: abrazos, objetos, fotos de entrecasa, el viejo carromato del grupo teatral Tábano que tanto luchó por el teatro en tiempos franquistas… un despliegue de emociones en las que no hay ninguna escena teatral, ninguna foto en la que se vean las caras de estos artistas infatigables que lo mismo se marcan una pieza de Dario Fo que un cabaret con ama dominante y ángel silencioso, o un monólogo intimista donde la desgracia se topa con una irrenunciable necesidad de vivir (Una mujer en la ventana).
En definitiva, un feliz panfleto post mórtem de Petra Martínez y Juan Margallo que nos invita a desearles larga y divertida vida dentro y fuera de escena.
¡CHIMPÓN! Panfleto post mórtem
Autores: Petra Martínez, Juan Margallo
Dirección: Olga Margallo
Intérpretes: Petra Martínez, Juan Margallo, Itziar Romeo, Iván Villanueva
Escenografía: Richard Cenier
Vestuario: Isabel Rufino
Iluminación: Rafael Catalina
Música original: Sandro Ruscio, Juan Margallo Martínez
Vídeo: Antonio Muñoz de Mesa
Diseño atrezo electrónico: Rafael Reina
Programación de Robot humanoide Nao: Juguetrónica SL
Ambientación de escenografía: Scnick Móvil
Fotos: marcosGpunto
Producción: Centro Dramático Nacional y Uroc Teatro
Lugar: Teatro Valle Inclán. Sala Francisco Nieva
Fechas: Del 9 de enero al 8 de febrero de 2015
Encuentro con el público: Jueves 22 de enero al finalizar la representación. Entrada libre, hasta completar aforo.