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Hoy recordamos: Incógnito de Ed Brubaker y Sean Phillips

Portada del recopilatorio Incógnito Integral.

Incógnito es una sugerente obra publicada por primera vez en los EE.UU. durante el año 2012 y firmada por dos maestros del cómic negro. La obra vio la luz hace años en España de la mano del sello Evolution Cómics (Panini). En esta obra sus responsables optan por una estrategia “conservadora” en el contenido y racionalista en su formato. En este sentido, no podemos afirmar que este trabajo sea innovador y rompedor. Los autores no lo pretenden. De hecho, en alguna ocasión se ha denominado que Brubaker opta (tras haber publicado Sleeper) por encaminarse hacia una obra con un marcado carácter Pulp. Los dos trabajos (Sleeper e Incógnito) son obras con un marcado carácter negro. En ellas el espionaje, lo suburbial, cierta depravación, confusión y desconfianza entre los personajes, juegan un papel importante. Esto ha hecho que se viesen estas dos obras como muy próximas.

Humildemente creo que Incógnito tiene sus pilares asentados, principalmente, en la etapa de Brubaker en la obra del Capitán América. Aquí está su relación más estrecha, aunque no afirmo que Sleeper no presente alguna que otra concomitancia. Tanto es así que, en una entrevista de hace años, Brubaker afirmó que la narración y la significación establecida en su trabajo sobre el Capitán América se le quedó “pinzada” en su cabeza. Por lo tanto, no creo que sorprenda a nadie lo que acabo de afirmar.

Ahora bien, creo que ya no es tan evidente lo que voy a indicar. A mi juicio, Brubaker parece que tuvo la necesidad de ahondar en el personaje de Bucky Barnes. Recordemos brevemente que, tras la muerte del Capitán América, el soldado de invierno optó por tomar el puesto y el traje del Capitán. Todo ello fruto de elementos morales, de la defensa de un legado y, como no, de elementos egoístas (eliminar los determinantes mentales que permitían ser controlado por otra persona). No obstante, el propio Barnes nos muestra su lado oscuro y sus ganas de venganza. Especialmente antes de tomar el puesto del Capitán América. He aquí el elemento que Brubaker parece que quiso explorar.

Incógnito, claramente, está enmarcado en el mundo de los superhéroes. Ahora bien, su opción es la de contar la historia desde el otro lado. Por ello opta por un antihéroe cuyas opciones y decisiones no están tan vinculadas con la ética. Al fin y al cabo, el pensador Jon Elster ya nos contó que cuando se produce cierta incertidumbre en el establecimiento de nuestras creencias, la acción deja de ser racional. Este es, precisamente, el mar donde quiere pescar Brubaker. Sin embargo, todo esto lo construye de un modo un tanto peculiar. Intentaré explicar esta idea. En la obra, el personaje principal, Zack Andersen, tiene un mundo cotidiano que le oprime y lo desprecia. Para él, su alter-ego, llamado Zack Aniquilación, es su momento de libertad y disfrute. Este elemento me recuerda al personaje del soldado de invierno cuando cuenta que extraña que exista una máquina que le quite los recuerdos. Si no tenemos recuerdos, carecemos de emociones y nos separamos un poco de lo que somos. Sin memoria no hay identidad.

Estamos, por lo tanto, ante un asentamiento de lo irracional como estructuración de lo antiheroico. Ante la apuesta por la acción basada en los básicos impulsos humanos. Una especie de separación simbólica de lo propiamente humano. Una idea que veremos con cierta claridad al final de la primera parte (cuyo título es homónimo a la obra recopilatoria) cuando al protagonista le pregunta ¿qué eres exactamente? A lo que Zack responde: “…no lo tengo claro”. Estos aspectos están presentes también en diversos antihéroes tales como Lobezno, Deadpool, entre otros.

Por lo tanto, la estructura narrativa de la obra busca darles la vuelta a algunos elementos de las narraciones clásicas del mundo de los superhéroes. Antes ya hemos sugerido algunas ideas y ahora mostraremos otras. Zack se libera gracias a la posibilidad de romper las barreras éticas (algo que, si lo pensamos fríamente, también estaba presente en Civil War y en sus secuelas). La libertad, por lo tanto, no está en la norma, en el orden. La libertad es caos e incluso perversión. Tanto es así que la diatriba ética se diluye en un entrelazamiento entre lo racional, lo emocional y lo puramente instintivo. Brubaker camina por una línea de sentido semejante a la que se le fue otorgando al Joker con el paso del tiempo.

Página interior de la obra

En el polo de lo visual, Phillips narra con un tempo y con una sincronía con la narración escrita, magistral. En su trabajo combina una estructura racional, pivotando sobre el clásico 3×3, pero alterada en función de las necesidades de la narración. En este sentido, vemos como, en la primera parte y, en ocasiones, se emplea una de las tres franjas horizontales para transmitir alguna sensación en el lector. Esto da cierta sensación de horizontalidad a esta primera parte del recopilatorio. En cambio, la segunda parte (titulada Malas influencias) tiene un carácter más vertical. Ambas conformaciones de la narración visual parecen atender a la significación básica que se transmite en la narración escrita. De hecho, mientras que la primera parte tiene una narración escrita más transversal (temporal), la segunda se mueve entre el eje vertical (más ético).

En definitiva, estamos ante un trabajo con ciertos elementos reconocibles, pero también con maestría. Esto hace que la obra sea próxima, pero está repleta de matices y elementos francamente divertidos. Nuevamente ese elemento Pulp que ya hemos comentado y que Mignola ha sabido desarrollar como pocos. Un cómic derivado del mundo clásico marvelita, pero reconducido a un entorno diferente y, en ocasiones, sugerente. Un trabajo que conviene recordar, leer y releer para detectar todos sus entresijos.

 

Por Juan R. Coca

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