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Lady Baltimore, el críptico universo femenino de Mignola y Golden

Portada del primer volumen de Lady Baltimore

Mignola siempre ha sido un autor minucioso, uno se da cuenta de eso a poco que se adentre en el universo de Hellboy, su creación más reconocida hasta ahora. Desde unos primeros números más bien minimalistas en su ejecución hasta el sorprendente barroquismo de los tomos finales, con ese dibujo abigarrado de Duncan Fegredo. Con Hellboy, Mignola puso ante nosotros un personaje “más grande que la vida”, como dicen en inglés. Un demonio grandullón entrañable y generoso, una reencarnación de los valores estoicos con una alta dosis de emocionalidad y acción. Así, es difícil que otros personajes pudieran hacerle sombra. Eso sí, ahí está Abe Sapien o el Homúnculo, por mencionar a otros dos que siguen en nuestra memoria. Todo ello, repito, dentro de ese universo tan profundamente mignoliano como es el universo de Hellboy, ese tapiz lleno de hebras lovecraftianas, artúricas y del mejor Pulp.

Pues bien, es hora de crear un nuevo universo, o eso debió pensar Mignola al unirse a Christopher Golden para poner ante nosotros la serie de títulos de Baltimore (todos ellos, 8 en total, publicados en Norma Editorial), los de Joe Golem y, ahora, Lady Baltimore. Todo ello, decimos, encontró su propia geografía, física y simbólica. Estamos ante el Exoverso de Mignola y Golden, el lugar donde por fin parece que vamos a tener a un personaje femenino central. Lady Baltimore obviamente viene de los cómics de Baltimore, es una de las aliadas del cazavampiros y también sería su mujer. Pero lo que importa es que, en este primer número, Lady Baltimore, Las Reinas Brujas, deja un muy buen sabor de boca. Un guión sólido y bien entrelazado, un dibujo que es oscuro y luminoso a la vez, brujas, magia, mamporros y nazis.

Página interior de la obra

Aquí hay de todo. De todo para pasar un buen rato y recordar por qué uno no se cansaba de leer en bucle los cómics de Hellboy: ¿era el guion prodigioso, los dibujos, los colores? Todo aquello le sabía a uno a gloria. Y de esa gloria tenebrosa y crepuscular vamos a tener, parece, para rato porque el exoverso tiene todavía muchos caminos que recorrer. Una buena manera de abrir boca para adentrarnos en Lady Baltimore es empezar con Baltimore, esto es cierto. En mi caso ha sido al revés, Lady Baltimore me ha llevado a revisitar los cómics de su marido para acabar y encontrarme con que el de la heroína me gusta incluso más. Acaso por la novedad, acaso por el uso del color, acaso porque ella es un personaje también increíblemente complejo y con mucha ternura.

Con esto uno se queda expectante, queriendo ir hacia nuevas aventuras de su mano, volver a la lucha contra el mal, ya sean los vampiros o las brujas o, mejor aún, los vampiros y las brujas nazis, dónde va a parar, patear algunos traseros de esos malos muy malos. Hellboy, tú fuiste el precursor, pero tranquilo, todavía hay mucho villano que ajusticiar que se va a encontrar con la horma de su zapato.

 

Por Francisco J. Francisco Carrera

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