Estupendo homenaje a los Hermanos Álvarez Quintero en Madrid

Por Horacio Otheguy Riveira

Nacidos en el barrio de Utrera, Sevilla, Serafín y Joaquín Álvarez Quintero integraron la pléyade de valiosos autores que hicieron del costumbrismo desde finales del XIX, comienzos del XX, a los años 40 una auténtica escuela de teatro de humor o duro melodrama a través de personajes y situaciones que se expresaban con un lenguaje popular frente al lenguaje generalmente distante del teatro europeo. Fue una eclosión de teatro popular que, con los años y los cambios socioculturales, fue adquiriendo otras características.

Serafín Álvarez Quintero (1871-1938) y Joaquín Álvarez Quintero (1873-1944) no tardaron mucho en recibir el aplauso de los académicos, a pesar de los «cultos» enemigos que se mofaban de la caricatura social, el romance llano, cuando no el drama desgarrado, si bien sus mayores éxitos fueron ligados a un teatro cómico que, brotado del día a día sevillano, triunfó por todo lo alto en Madrid —donde también fallecieron los dos—, y en México, Bogotá y Buenos Aires, con lo que supieron validar un compendio de ironías y sarcasmos que flotaban en un ambiente mucho más abierto de lo que censuraban sus críticos, que los comparaban, absurdamente, con la profundidad de Valle Inclán o García Lorca, por ejemplo, una tradición despreciativa de la comicidad desde las alturas de un limbo intelectual sin lógica alguna. Su éxito les valió numerosos premios y un fabuloso monumento en El Parque del Retiro de Madrid.

Como también sucedió con el madrileñismo de Carlos Arniches (1866-1943), tras sus ingeniosas humoradas, a menudo se asomaban dramas existenciales como sucede con el monólogo Filosofía alcohólica, integrado en este Homenaje al aire libre, vivamente festejado por el público.

En una función muy ágil, divertida, donde los propios actores también juegan en los intermedios al movilizar la escenografía, el actor y director del espectáculo Alfonso Sánchez se marcó una impensada actuación estelar el viernes 26 de agosto, ya que al iniciar el soliloquio de un hombre frente a cuatro copas, estalló una ruidosa juerga en un bar cercano. Sánchez lo utilizó, aprovechó la circunstancia adversa, y con marcado sentido del humor hizo las delicias de los espectadores, pues fusionó el arte mayor de los Quintero: el lamento beodo del padre de seis hijos (seis caricias, seis hijos, seis recibos), mechado de aportes graciosos y angustiosa necesidad de desahogarse… al tiempo que el actor movía sus hombros y luego todo el cuerpo al ritmo de la machacona música bailable del bar colindante. Una muy lograda intervención que se sumó a su ajustada puesta en escena y creación de otros personajes, lo mismo un tímido que corteja con regalos y ni una palabra amorosa, que una víctima de las ganas de reñir de su pareja, una mujer que, simplemente, encarna como ninguna otra el alboroto del que es capaz quien solo quiere armarla para darse gusto.

Alfonso Sánchez, Alberto López, Carmen Canivell y Antonia Gómez Grande: los cuatro se ocupan se poner al día textos que no han tocado ni una coma, seguros de que su actualización está implícita. Son gente de teatro con formación académica, y trayectoria forjada en cine, teatro, televisión, tan serios todos como los propios autores, señores juerguistas en su vida de éxitos y soltería, como rigurosos a la hora de trabajar este arte singular de provocar alegría a través de la risa: una risa que incluye empatía con personajes en los que todos podemos reflejarnos.

En síntesis: Dos horas de estupendo reencuentro con estos brillantes comediógrafos, que nos llegan hoy con el éxito generado por esta Compañía, pues sus armas actorales son propias de este tiempo, de manera que lo que podría resultar vetusto, se revista de gracia contemporánea gracias al talento de todos ellos. Su Homenaje a los Álvarez Quintero se alimenta de Cinco sainetes modélicos: El cerrojazo, Fea y con gracia, Sangre gorda, Filosofía alcohólica, Ganas de reñir.

Dramaturgia: Serafín y Joaquín Álvarez Quintero
Dirección: Alfonso Sánchez
Reparto: Alfonso Sánchez, Alberto López, Carmen Canivell y Antonia Gómez Grande
Escenografía: Pepe Távora
Diseño de vestuario: Pilar Rubio Designer
Jefa de vestuario: Consuelo Justo Bahamonde
Dirección de producción: María Cancio
Producción: Mundoficción
Distribución: Seda

TEATRO QUIQUE SAN FRANCISCO HASTA EL 11 DE SEPTIEMBRE. PATIO DE GALILEO, 22 HORAS

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