«Minerva», coescrita e interpretada por Assumpta Serna
Por Horacio Otheguy Riveira
Assumpta Serna en doble debut en el Festival de Mérida: como coautora teatral e intérprete principal. En el primer caso, también doblete de audacia: todo el texto es en gran medida de su creación, ya que no realiza una versión o adaptación de un texto clásico, sino que se lanza a una forja muy personal.
Con todo ello se embarca en una gran producción cuyos mayores aciertos radican en varias propuestas potentes, y en una notable belleza de conjunto visual, sobre todo en vestuario e iluminación, forjadores de un clímax de escenificación cinematográfica: tal el ritmo y el colorido de la función.
Tanta audacia es, sin duda, encomiable, ya que hay un diálogo —riguroso, pero no siempre fructífero—, entre la veterana actriz, más ligada al cine que al teatro, y la dramaturga que se introduce en el complejo mecanismo de fusionar documentos históricos del Imperio Romano en torno al año 95 de la era cristiana, bastante mitología en torno a la relación de los seres humanos y los dioses, y una buena dosis de invención en la elaboración de una obra de más de dos horas en la que confluyen varios estilos, entre los cuales el melodrama se reviste de un sentimentalismo bastante ingenuo. Y es que Serna erige a una Minerva muy cercana, demasiado buena y noble, sin contradicciones a la vista, centro de una familia donde su marido, arquitecto genial, es el máximo responsable de los edificios espectaculares que honran al cruel Emperador Domiciano (81-96 dC), quien asegura en una interesante escena que es el odio el que mueve al mundo, y no el amor que debilita a la humanidad…
Muchos temas, sin duda, en la que la inexperiencia de la autora —sobrecargada de buenas intenciones—desequilibra una totalidad que, por momentos, divaga, confunde o plantea situaciones demasiado largas; y en otros genera expectativas que se cumplen parcialmente, sobre todo cuando hace hincapié en la construcción de este maravilloso teatro Romano de Mérida, diseñado por uno de los personajes.
En el camino también encontramos toques de comedia; persecución a los cristianos (“Cuantos más torturo y mato, más cristianos nuevos aparecen”); singular relación entre buenos amos-buenos esclavos; libertad sexual con la bisexualidad como normalidad de la época; generosa relación padres e hijos…
Con numerosas entradas y salidas, y cambios de vestuario, la primera actriz interpreta con variedad de registros, y siempre da gusto verla y escucharla, decayendo en las secuencias en exceso explicativas. El texto lo ha coescrito con su marido, Scott Cleverdon, quien a su vez dirige, y tal vez se haya dado un exceso de intereses comunes que, al paso de las representaciones, seguramente se ajustarán con mayor objetividad.
En definitiva: una experiencia interesante, débil como texto e interpretaciones, más atractiva como puesta en escena, en gran medida apoyada en un concepto general muy cinematográfico. También aporta una visión humanista dentro de aquel Imperio cuya ferocidad se ha puesto de relieve por encima de sus aportes de creación arquitectónica y escultórica, aquí acentuados generosamente sobre una propuesta por demás ambiciosa, según su propia nota de producción:
A lo largo de 40 años y 5 emperadores, esta es la historia de una mujer sabia y de su familia, el legado de un imperio y la religión incipiente que creció dentro de él, todo lo cual formaría los cimientos del mundo que conocemos hoy.
Intérpretes: Assumpta Serna, Fermín Núñez, Francesc Albiol, Sara Jiménez, Vero Parreño, Francis J. Quirós, Juan Carlos Castillejo, Carlos Ceña, Arturo Núñez, Robert Giordano, Carmen Adsuara
Autores Assumpta Serna y Scott Cleverdon
Dirección Scott Cleverdon
Ayudante de dirección Pilar Contreras
Diseño espacio escénico y vestuario Luisa Santos
Diseño iluminación Fran Cordero
Composición musical y espacio sonoro Jorge Ferrando
Creación audiovisual Nuria Prieto
Caracterización y peluquería Juanjo Gragera
DEL 20 al 24 DE JULIO 2022. 68 FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO CLÁSICO DE MÉRIDA 2022