Aaron nos guía entre historias de aprendizaje
Planeta Cómic sigue publicando, con éxito, las diferentes vertientes de la conocidísima serie de Star Wars. Dentro de ella, hoy queremos hablar del tomo Star Wars. De los diarios de Obi-Wan Kenobi. Un trabajo firmado por Jason Aaron, con dibujo de Simone Bianchi, Salvador Larroca y Mike Mayhew.
Cuando uno ve que Aaron es el guionista de una obra, puede pensar en que se va a topar con una obra repleta de violencia. Pensemos en Paletos cabrones (Planeta), por ejemplo, en Scalped (ECC) o en algunos trabajos suyos publicados en Panini como los de Lobezno o Thor. Ahora bien, este creador también ha mostrado que le interesa desarrollar obras de evolución y conocimiento. De hecho, cuando se ocupó del Dr. Extraño mostró, claramente, que también es capaz de mostrar, de manera acertada, estos aspectos en un personaje.
Pues bien, en la obra que estamos comentando nos vamos a encontrar a personajes que van a ir aprendiendo sobre la realidad y madurando. La obra, como habrás imaginado, tiene a Obi-Wan Kenobi como uno de los personajes principales, pero también tiene una relevancia destacada el Maestro Yoda. Estamos, por lo tanto, ante una especie de obra en dos actos. En cada uno de ellos, iremos desgranando algún aspecto de la vida de estos personajes principales.
En el primer caso podremos comprender las dificultades que tiene Obi-Wan para adaptarse a un planeta tan inhóspito como Tatooine, así como su encuentro con Krrsantan el Negro. La segunda parte, en cambio, se centra en el Maestro Yoda cuando era joven y se encontró en un planeta alejado y salvaje, donde se producen numerosas sorpresas. En todas estas historias el trabajo de Aaron es correcto. No podemos decir que sea una obra excepcional, pero cumple adecuadamente con lo que se espera de ella.
La parte donde se desarrolla la historia de Yoda me ha suscitado mayor interés que la primera. En este sentido, creo que la razón podría estar en los elementos de sorpresa que ayudan al lector a estar atento. Además, el carácter del Maestro Yoda se contrapone a los otros personajes haciendo que la historia logre atrapar. La primera parte tiene menos interés y profundidad. Tiene un carácter más descriptivo y recuerda, a mi juicio, excesivamente a las películas. Entiendo que esto, para una persona que siga puntualmente la serie, puede ser una virtud; no es mi caso.
La narración visual va a ir cambiando en función del creador. El trabajo de Simone Bianchi me ha parecido muy sugerente y dinámico. Repleto de matices gracias al uso de aspectos indefinidos e imprecisos. En cambio, el trabajo de Salvador Larroca y Mike Mayhew me ha resultado poco interesante. Con esto no pretendo afirmar que este recopilatorio no tenga calidad visual. ¡La tiene! Lo que sucede es que, en la mayor parte de la obra, es demasiado notorio el uso de una narración visual realizada por ordenador. Ello hace que la obra pierda intensidad y matices, quedándose en un trabajo correcto y cumplidor.
Sin ninguna duda la narración visual transmite emociones y, en algún caso, resulta espectacular. Sin embargo, la obra termina resultando un poco fría. Como contrapunto a lo que acabo de decir, debo indicar que el trabajo de Larroca en la última historia “La arena proveerá” me ha resultado llamativo por el contraste con las otras partes de la obra y por el uso de unas sombras irregulares y granulosas. Esto aporta un dinamismo especial a la pequeña historia final.
En definitiva, estamos ante una obra de personajes, con cierta acción (comedida y medida) y un marcado carácter introspectivo de los protagonistas principales. La obra es, por lo tanto, algo reflexiva y contenida. Su narración visual resulta, en ocasiones, fría y distante, combinada con la búsqueda de la espectacularidad en otros momentos. Por lo tanto, este recopilatorio, sin llegar a ser una obra esencial, será de interés para los seguidores de Star Wars y para los interesados en obras de acción algo reflexivas.
Por Juan R. Coca