Tres pequeñas locuras un tanto desiguales
ECC publicó una pequeña recopilación, de tres historias protagonizadas por el Joker, que merece la pena
El Joker es un personaje que puede resultar interesante o puede odiarse. Es decir, no suele dejar a la gente indiferente. Posiblemente esta ambivalencia es fruto de su carácter y de sus matices. Todo eso hace que unos creadores opten por aproximar al personaje al mundo del terror, otros lo sitúan en el ámbito de la diversión absurda, un tercer grupo lo acerca al mundo del cómic negro, etc. Ahora bien, son escasos los ejemplos que conducen a este personaje a una de las corrientes artísticas más impactantes: el surrealismo.
En el libro que comentamos hoy nos toparemos con uno de los ejemplos de este carácter surrealista del Joker. Esa historia, titulada “El Gran Farsante”, firmada por James Robinson (guion), Christian Alamy (dibujo) y Judy Johnson (color), se adentra en las posibilidades que una combinación entre lo surrealista y lo tenebroso ofrece a las historias de este payaso. Sin ninguna duda, la historia enlaza con la corriente tenebrista que surcaba, en la última parte del siglo XX, y que también encontramos en obras de Doug Moench o Joan Boix.
El mundo de lo tenebroso no es algo característico de finales del XX, también nos encontramos con ello en los trabajos de Ennis, Snyder e, incluso, Altarriba. Ahora bien, la transformación de los superhéroes o de los supervillanos en algo demoníaco sí es característico de este momento. Ello no quiere decir que ahora o antes no se produjera. Lo que se pretende afirmar en que este recurso era más frecuente en este momento.
Lo más infrecuente es el uso de recursos surrealistas en relación al Joker. Una de las obras más relevantes, en este sentido, es Batman Intercambio. Pues bien, a este juego se une la primera historia firmada por Robinson. Además, en esta ocasión James Robinson utiliza un recurso que, posteriormente, fue vuelto a utilizar por otros autores. Nos estamos refiriendo a la eliminación de la cara del Joker, un interesante juego narrativo que transforma la esencia del propio personaje.
La segunda de las historias, creada por Eddie Campbell y Daren White es un trabajo más anodino donde se vuelve a ahondar entre la vinculación entre Batman y el Joker. Además, el dibujo de Bart Sears y el color de Mike Ativeh tampoco resultan llamativos. Esta historia fue publicada dentro de la serie leyendas del caballero oscuro.
En la tercera parte nos encontramos con una historia con mayor interés. El dibujo de Bill Sienkiewicz, Terry Moore y Jimmy Palmiotti, junto con el color de Sheri Van Valkenburgh, conforman una narración visual impresionante, llamativa y realmente atractiva. La narración escrita tiene un carácter psicológico y emocional. Ahonda en las crisis de personalidad que genera el personaje en los superhéroes que lo combaten. Efectivamente no es un elemento demasiado novedoso, pero está bien trabajado y resulta adecuado.
En definitiva, la recopilación que nos ofrece ECC en Joker pequeñas locuras resulta suficientemente sugerente para los interesados en este personaje. Como he ido mostrando, la primera de las tres historias se arriesga y opta por una visión chocante y rompedora. Las otras dos, con ciertos aspectos conservadores, resultan curiosas y pueden agradar a los seguidores. Estamos, por lo tanto, ante una obra que será del gusto de todos aquellos que nos interesa este paradójico personaje.
Por Juan R. Coca