«Filomena», sátira política y comedia de enredos entre perdedores que cautivan

Por Horacio Otheguy Riveira

La Borrasca Filomena de enero del 2021 ha llegado para quedarse. No como fenómeno atmosférico sino como referencia a muchas de las veleidades, torpezas y bochornosas constantes de la vida política nacional. Frío y nieve que, tras la fascinación de una aventura de película en el día a día, trajo destrucción, a la vez que renovación de miradas y sentimientos, pues como si la tormenta fuera poca cosa dejó al descubierto numerosas incompetencias de los Ayuntamientos y no pocas corruptelas colindantes.

Esta Filomena, la última autoría de Ramón Paso —y su primera sátira política—, no profundiza en el caleidoscopio mencionado, pero de él surgen cuatro personajes en escena y algunos fuera de ella, comprometidos en hallar una solución de cara a la galería, para alimentar a los medios de comunicación con lujo de detalles falsos, mucho bulo con tal de salvar la cara.

El arranque es muy preciso: un concejal ha muerto al salir del burdel La teta feliz, un accidente que habrá que taparse lo más rápido posible; luego habrá otro «imprevisto» que complicará las cosas. El lío de puertas adentro se concentra en el despacho del alcalde con la eficaz secretaria para todo servir y el tontorrón del susodicho que se entera poco, pero es la debilidad de las mujeres que se le acercan.

Luego vendrá una parlamentaria del Grupo Mixto con buenas e infundadas intenciones y una puta pizpireta tan ingenua como gozosamente atrevida. La comedia está servida, y entre ciertos arquetipos urbanos, funciona a buen ritmo lo que de verdad importa: la salvación de cuatro desgraciados que, a fuerza de imaginación y nobles ganas de vivir, salen adelante. Eso sí, tras la voluntad creativa del autor-director hay generosos fantasmas que le inspiran, cuatro padres —nada menos— que le han animado entre sueños, agradeciéndole la buena nueva de recordarles en un homenaje inesperado.

Aquí y ahora, Filomena es una comedia-cómica (como se decía entonces para diferenciarla de las comedias de salón-comedor con burgueses copa en mano) que tiene vida propia con ánimo suficiente para rendir un agradecido homenaje a los grandes de la comedia española del siglo XX, léase Carlos Arniches, Miguel Mihura, Alfonso Paso y Jardiel. Amables sombras de los cuatro en la última comedia del muy prolífico Ramón Paso, y se sienten felices como padres exigentes y amorosos al ver que su fiel heredero les rinde honores con un emotivo ejercicio de humildad y talento.

Aquí pueden encontrarse gotas de perfumes de riqueza incalculable: toques del crack de los años 20-30, Carlos Arniches, con sus Caciques imbuidos de corrupción, y una puta que hubiera adorado Mihura, angelical y deslenguada, que acaba floreciendo donde menos lo esperaba, superando las audacias de don Miguel en tiempos de censura; y cómo no, hay romance de los que adoraba Alfonso Paso: entre broma y broma, un toque picaresco por aquí y una caída de ojos por allá, con dos personajes de hoy en la cuneta de la historia que se dan el flechazo del siglo, mientras el soberano Jardiel Poncela lo agita todo y con su absurdo-realismo le da el último abrazo para que siga adelante sin desmayo. No se trata de influencias ni de ecos relevantes, acaso un poco de sensación personal de este crítico que se siente como en casa en un teatro que alojó a lo largo de su centenaria existencia, a todos ellos, para ahora dar lugar al brío de nuevo cuño de un hombre de teatro que aborda todos los géneros con la misma disciplina.

Filomena es una gozada de comedia que crece a medida que se desarrolla y, más aún, si luego se piensa, porque tiene muchas entrelíneas, muy sabroso contenido sugerido, y desde luego un reparto de primera para sostenerlo todo: Ana Azorín como modélica secretaria que adora a su excelentísimo pero nunca será capaz de decírselo, especie de madre que resuelve entuertos y a la vez aspirante a novia imposible; Inés Kerzan es la tímida parlamentaria con ataque de mudez cuando se emociona mucho, y al tiempo, una encantadora tentación; Ángela Peirat sale adelante como la adorable muchacha con gran experiencia en el sexo de alquiler, y asombrosas ambiciones. Todas ellas habituales de la Compañía PasoAzorín Teatro, en esta ocasión alrededor de un protagonista ejemplar, Sergio Otegui.

A su lado hace tiempo que triunfan con Sueños de un seductor en el Amaya, donde el actor cubre un personaje muy distinto, contenido, irónico, victorioso. En cambio, esta vez se ocupa con admirable dominio del género cómico de un personaje entrañable, aunque por momentos den ganas de matarlo. Tontorrón e ingenuo, torpe mandatario y víctima de un engranaje siniestro, lo cierto es que logra sorprender a lo largo de la función. Es una caja de sorpresas con muchas risas en su interior, capaz de marcarse un baile de robot en un pispás, y en el fondo dejar latir un corazón de bolero que circula entre enredos como quien no quiere la cosa.

De izquierda a derecha: Inés Kerzan, Ángela Peirat, Ana Azorín, Sergio Otegui.
Juego de temores, de pasiones, entre enredos y el repentino vértigo de un amor inesperado.
Tan tímidos que han tardado mucho en rondarse y dejar que esas manos estén a punto de tocarse…
Risas y romance, sexualidad prohibida y generosa, el poder que no corrompe pero está lleno de gente que abusa de sus ambiciones… en un baile que el público aplaude con entusiasmo.

Filomena ya se ha incorporado a la Colección Ramón Paso editada por Grupo Éride.

FILOMENA

Escrita y dirigida por Ramón Paso

Reparto Sergio Otegui, Ana Azorín, Inés Kerzan y Ángela Peirat

Producción ejecutiva PasoAzorín Teatro
Dirección de producción Inés Kerzan
Iluminación Carlos Alzueta
Vestuario Ángela Peirat
Diseño gráfico Ana Azorín
Prensa y comunicación María Díaz
Ayudante de dirección Ainhoa Quintana

Sábados 18,15 horas en el Teatro Lara

One thought on “«Filomena», sátira política y comedia de enredos entre perdedores que cautivan

  • el 12 abril, 2023 a las 8:00 am
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    Los cocoshigos. Fin. Fin. .
    Higos, y de el huerto, los más sanos y saludables, que el tipo de nombre hortera, da. No los da gratuitamente a los demás pastores de su finca. Tenemos algo, para nervaduras, si higos y nabos. FIN. Etc, etcétera, ETC. . . . FIN. FIN. . En Suiza, así fue, en serio. Fin. Para un hecho, acontecido. Ayercomo hoy. Fin. Etc, etc, etc…. FIN. . . . . Si, hoy. Como ayer, distinto. Fin. Etc etc etc. Fin. Fin. . De, el huerto. De la finca, los hortera. Fin. Si, ya, no está, de acuerdo, el comprador. Y, le explicamos, que es así, hasta, que se mueva, una nube, en su pelota ⛹ en la parte sentimentaloide de su razón. Si, ya. Fin. ➖️ 🔞. Cabo. Al fin, y al cabo. FIN. FIN. Fin. Fin.

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