Nos inmergimos entre los restos de un navío inquietante
Joe Hill nos encoje el corazón en una obra con tono fílmico
Joe Hill es sin ninguna duda uno de los iconos actuales del cómic de terror. Iniciándose en primer lugar, con gran éxito en el mundo de la novela de miedo, paulatinamente se fue trasladando al mundo del noveno arte. Este cambio le ha reportado un éxito enorme, llegando, incluso, a tener un propio sello con su nombre que también está convirtiendo a ECC en una editorial referencia del mundo del terror.
Las obras de Joe Hill no solo han visto la luz en ECC. Por ejemplo, han sido publicadas por la Editorial Planeta algunos de sus primeras incursiones en el mundo del cómic. Dentro de este sello podemos encontrar a La capa o a El espectro. Esta editorial, precisamente, ha publicado recientemente un recopilatorio francamente interesante sobre el que ya hemos hablado en otra ocasión en Culturamas.
Pues bien, dentro del sello Joe Hill de ECC se ha publicado, recientemente, la obra titulada Inmersión. En ella, una base naval recibe una señal proveniente de un navío que había tenido un accidente y del que no se esperaba ninguna señal, ya que dicho accidente sucedió hace 40 años.
En los restos de este naufragio, se producen un conjunto de elementos sorprendentes. Entre ellos, que se topan con una serie de organismos que les harán que la historia busque la sorpresa del lector. En este sentido, la historia funcional bien. Es verdad que tenemos que realizar un proceso de creencia en lo que estamos viendo (algo que, por otro lado, es típico en algunas historias de terror). Digo esto ya que la historia presenta un marcado carácter fílmico y nos va a recordar a la obra de John Carpenter, La Cosa. El propio Joe Hill, efectivamente, también lo indica así.
Sin ninguna duda, en esta obra se mantiene una tensión narrativa muy bien construida. Cuando una persona que acerque a la obra, verá cómo, paulatinamente, se va a ir subsumiendo entre las páginas, las viñetas y la acción. Lentamente, uno se irá adentrando en el mundo que Hill nos brinda y que tiene elementos, en ocasiones inverosímiles. Ahora bien, la narración escrita está tan bien conformada que uno llega a olvidarse de estos aspectos.
Por otro lado, Stuart Immonen y Dave Stewart logran una narración visual llamativa, elegante y opresiva. Estos autores logran dar credibilidad a los aspectos más inquietantes de la obra. En este sentido, el trabajo no me parece que pueda denominarse de terror, ya que se aproxima más a un thriller que a una novela de terror. De ahí que, incluso, se aleja de la propia obra de Carpenter.
Sin ninguna duda estamos ante una obra interesante y muy recomendable. Ahora bien, si eres una persona muy racional, cabe la posibilidad de que te resulte un tanto inverosímil.
Por Juan R. Coca