«Los farsantes», de Pablo Remón: una retahíla de promesas incumplidas
Por Horacio Otheguy Riveira
Una serie de personajes —que solo por momentos son algo más que un esbozo— van y vienen pujando por volar, pero se quedan en clichés. Uno tras otro, sobre las frustraciones, el desamor («Un amor de 18 meses, luego fue todo cuesta abajo»), cortocircuitos filiales de andar por casa, con mofas al teatro alternativo y a la gente del cine en general, comedia ligera que a ratos se quiere profunda. Cúmulo de lugares comunes por cuatro intérpretes muy buenos. Una pena que se queden sin aliento las historias de estos «farsantes», pieza teatral escrita y dirigida por Pablo Remón, representada en un espacio escénico muy atractivo.
La función arranca con un prólogo que leemos en plan sobretítulos en telón oscuro. El autor discurre relajado como en barra de taberna, avanza, retrocede, pide perdón, se hace el gracioso, vuelve a pedir perdón. Luego, mucho más adelante, ya avanzada la función, Francesco Carril cambia de registro e interpreta al autor que se explaya acusado de plagio, y jugando con la posibilidad de que, entre otras cosas, se plagie a sí mismo (cosa verificable en varias escenas).
Autoficción, verdad-mentira, un juego que se usa mucho últimamente en el llamado «metateatro», es decir, intérpretes, autor, director, expuestos en el devenir de historias que no acaban de cuajar del todo porque en medio están ellos con un egocentrismo a veces creativo, otras ingenioso a medias, y algunas, como en este caso, al borde del colapso, en un quiero y no puedo bastante irritante.
El autor-director parece convencido de su invento: «Los farsantes es una comedia donde solo cuatro actores viajan por decenas de personajes, espacios y tiempos. Una sátira sobre el mundo del teatro y del audiovisual, a la vez que una reflexión sobre el éxito, el fracaso y los papeles que encarnamos, en la ficción y fuera de ella».
No participo de su entusiasmo. Solo he visto muchas promesas y ninguna cumplida desde el primer monólogo hasta un gran final que parece de otra obra, esto sí con buen alcance imaginativo incluyendo cierta sorna sobre Byung-Chul Han (Seúl, Corea del Sur, 1959), el profesor universitario alemán y su polémico libro: La sociedad del cansancio… En esa última escena hay mucho y muy interesante que no voy a desvelar por mera cortesía periodística, en realidad es el final y no lo es porque a lo largo de dos horas y media, estos Farsantes parece que van a muchas partes pero en realidad es tan poco interesante su recorrido que podría durar otro tanto y estaríamos igual, asistiendo a una sucesión de breves escenas con historias cruzadas cuyos contenidos ya están muy vistos en el campo de la sátira del teatro y el cine e incluso del melodrama.
En este devenir hay buenos momentos entre Barbara Lennie y Nuria Mencía, y mejores aún aquellos en los que Francesco Carril incorpora a un arquetipo de productor de cine, histriónico, muy divertido y a la vez muy verdadero en el reflejo de los seres acomodaticios según el viento que circule, y lo desarrolla frente al habitual estilo contenido, irónico, de Javier Cámara. Pero en general abundan arquetipos con tendencia a mirarse el ombligo obsesivamente. Entre tanto, hay citas para dar y tomar, por ejemplo, de Carl Jung, la Terapia Gestalt, Anton Chejov y sus Tres hermanas, y dos secuencias sobre Sarah Kane, injustamente menospreciada, al tratarse de una valiente personalidad del teatro confesional (Obras completas de Sarah Kane; Psicosis de las 4:48)
Escenografía y vestuario muy eficaces para una obra excesiva por un autor más arbitrario que acertado (como, por ejemplo, en Los mariachis y La abducción), en todo caso muy lejos de sus formidables adaptaciones de textos ajenos (Traición, de Harold Pinter y Doña Rosita, anotada, sobre el original de Lorca).
Dirección Pablo Remón
Texto Pablo Remón (con la colaboración de Violeta Canals)
Reparto Javier Cámara, Francesco Carril, Bárbara Lennie y Nuria Mencía
Escenografía Mónica Boromello
Iluminación David Picazo
Vestuario Ana López Cobos
Ambientación María Calderón
Diseño de sonido Sandra Vicente
Ayudante de dirección Raquel Alarcón
Ayudante de escenografía María Abad
Ayudante de iluminación Daniel Checa
Ayudante de sonido Benigno Moreno
Ayudante de vestuario Cristina Martín
Diseño de cartel Equipo SOPA
Coproducción Centro Dramático Nacional y Buxman Producciones
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