‘Cerca del fuego’, de Pablo Gonz

Cerca del fuego

Pablo Gonz

Sloper

Palma de Mallorca, 2022

102 páginas

 

Por Ricardo Martínez Llorca / @rimllorca

Uno todavía está preso de la fantasía que nos libraría de falsos pudores. Así, resultaría natural, y en ocasiones hasta elegante, que alguien delatara que le atraes sexualmente, a la primera de cambio, y de ahí dar pie a una relación que carece de cortapisas. Las fantasías están reñidísimas con el pudor y la única manera que encontramos de expresarlas es a través de los medios que el hombre ha creado para su expresión, que bien entendidos, y mejor sentidos, dieron lugar al arte. En una novela nos podemos convertir hasta en objeto de deseos y permitir a quienes nos desean que practiquen con nuestro cuerpo lo que les plazca, mientras insistimos en identificar la virtud con el orgasmo.

Si a la fantasía sexual cumplida añadimos la rendición de clases, las únicas grandes expectativas que podremos no ver colmadas pertenecen a otro mundo. Así, uno de nuestros protagonistas es un adolescente con las calderas del sexo funcionando a todo trapo, y el otro una mujer para quien el pudor es una apisonadora de pasiones. La conciencia sigue siendo una construcción social, con el único propósito de coartarnos para, supuestamente, permitir una convivencia, y ella le convence a él de que el fuego es el lugar donde está la esencia de la vida.

Y todo esto tiene lugar en una ciudad de provincias, descrita como tal, como algo carpetovetónico, por el autor, Pablo Gonz (Sevilla, 1968). Las descripciones del ambiente no pueden generar un entorno menos propicio para el desarrollo de una relación, a la que asistimos perplejos: no se nos ocultan las dificultades, pero se nos muestra con una desenvoltura que se asemeja demasiado a la alegría. Hay juego, pero este tendrá una función superior a medida que avancemos en la lectura. El final, logradísimo, nos obliga a reinterpretar cada recurso, desde los eróticos hasta los antieróticos, desde los literarios hasta los sociales, que se han puesto en la construcción de la novela. No hablamos de un texto displicente, porque hay un sustrato de tragedia, que tiene bastante que ver con la memoria del narrador, que desde el principio conoce cómo va a ser el desenlace y lo que éste significa.

Una obra muy recomendable dentro del panorama narrativo español.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *