La transformación sorprendente del bromista sanguinario
ECC vuelve a publicar una de las historias firmada por DeMatteis, Staton y Mitchell
Todos los que estamos interesados por el personaje de El Joker estamos de enhorabuena, ya que ECC sigue publicando o recuperando diversas obras donde este personaje ocupa un lugar destacado. En esta ocasión, hablaremos de la obra Joker: Volverse cuerdo que fue, originalmente, publicada a finales de 1994 dentro de la serie Batman Legends of the Dark Knight (concretamente los números del 65 al 68). La obra corre a cargo de J. M. DeMatteis, Joe Staton y Steve Mitchell.
DeMatteis parece que es un guionista preocupado por la transformación interna de las personas. De hecho, en otra obra firmada por él, titulada Batman: Absolución, también se ha ocupado de estos aspectos. En la obra que hoy tenemos delante, este guionista centra su interés en el Joker y en una potencial transformación interna de él. En este caso nos vamos a topar con un Joker que parece que pierde su locura y, sorprendentemente, cambia su apariencia. Estas transformaciones también han sido utilizadas por otros autores tales como Sean Murphy en su Batman Caballero Blanco.
La estrategia narrativa de DeMatteis consiste en establecer elementos polarizados que sorprendan al lector y marquen grandes diferencias. Así, ante un Joker violento e incluso desagradable, veremos una transformación en un personaje que podría calificarse de pusilánime. Además, la caracterización del personaje de Batman sorprende por su incapacidad. Todo esto marca, como he indicado, las diferencias y los extremos.
Lo que más nos ha llamado la atención de la obra es la radical transformación del Joker. No tanto, por el hecho de que sea mostrado con apariencia diferente o por su “curación”, sino por el hecho de que esta metamorfosis es un tanto mágica y rápida. Además, alude, en cierto modo, a una explicación un tanto inverosímil. Esta idea está mejor trabada en el trabajo de Murphy, desde luego. En la obra de DeMatteis parece que existe cierta referencia tenue al clásico de Robert Louis Stevenson, pero, desde luego, no está bien tratada.
La narración visual es correcta, aunque, en ocasiones, resulta excesiva y las páginas están excesivamente recargadas. Ahora bien, los aspectos impactantes, desde luego, funcionan a la perfección y logran impactar. En este sentido, no podemos destacar ningún elemento sobresaliente en la narración visual. Aunque está adecuadamente construida y funciona.
En resumen, y como conclusión, estamos ante una obra que tiene interés histórico para los coleccionistas. Ahora bien, la obra no destaca por su calidad o excelencia. Sin ninguna duda, es un trabajo interesante, pero sin que logre sobresalir.
Por Juan R. Coca