El síndrome del copiloto: una tormenta perfecta escrita y dirigida por Vanessa Montfort
Por Horacio Otheguy Riveira
Una notable adaptación. Del costumbrismo envolvente de una novela al espectacular encuentro teatral de dos personajes clave que solo se necesitan a sí mismos para evaluar y recomponer sus vidas: Marina en la aventura de conducir sola el barco de su marido muerto, y él mismo como un compañero fantasmal a todo riesgo; más aún cuando toca la gran tormenta que dará nueva vida a una mujer que debe emprender el viaje más excitante: el de ir sin miedo hacia la defensa de su propio ser que creía desvalido para siempre.
Ser es hacerse el ser que se es escribió Luigi Pirandello en los años veinte, cuando la renovación del teatro burgués de la época ocupaba mucho de su tiempo, personalmente muy conflictivo. Y han quedado para la historia del teatro como verbos ejemplares: Ser es hacerse el ser que se es, lo pirandelliano entra estupendamente en esta historia de voluntades contrapuestas en una misma personalidad que va a ciegas, creyéndose incapaz de ver más allá.
Óscar ama la mar y tiene un pequeño barco a vela que hereda su mujer con la misión de llevar sus cenizas a Tánger, donde fue inmensamente feliz. Entre otros objetos, Marina encuentra en la nave libros valiosos, cargados de mensajes, La Odisea, Moby Dick… y Relato de un náufrago, de García Márquez, el que más mensaje directo tendrá para ella, entre sus páginas impresas y dentro de las mismas, donde descubrirá un mensaje aparentemente tóxico…
Libros y vida cotidiana, aventuras físicas y mentales: los espejos que la rondan para darle imágenes nada gratificantes, “siempre pendiente de él, como un copiloto asustadizo”. La pequeña niña atolondrada, timorata, quizás sea una mujer entera que hace del miedo un camarada de fuste, quién sabe, para ello el barco atravesará situaciones difíciles y mientras tanto el reencuentro con el marido muerto, el que no tuvo “la culpa de morir joven”, dará mucho de sí en unas horas convulsas emocionalmente, difíciles para los intérpretes por el esfuerzo físico y actoral en constante movimiento dentro del barco, en una puesta en escena con magnífica escenografía de Curt Allen y Leticia Gañán que, junto a la música de Fernando Velázquez y la iluminación de Valentín Álvarez hacen posible que cada agitada respiración y su momento de relax cobren un impactante cuadro audiovisual, que maravilla cuando al fin se produce la tormenta perfecta, imprescindible para provocar el cambio esperado.
La novela tuvo gran éxito, con varias traducciones a otros idiomas. En ese recorrer mundo, Mujeres que compran flores encontró buen reflejo en un público eminentemente femenino con hombres confortablemente asentados en su lectura. Pensamiento mágico y cotidianidad madrileña con el Barrio de Las Letras muy bien descrito, por cuyas calles se mueven personajes entrañables hasta dar con el viaje en barco, muy cercano a la experiencia de la propia autora. Esta cercanía con la autoficción posiblemente haya limitado la creatividad escénica como dramaturga aplaudida en otras obras (1) donde no necesitaba subrayar tanto situaciones evidentes ni apoyarse excesivamente en frases de otros autores, todo lo cual da un tono cansino y alargado al resultado final que, sin duda, mejora en la recreación lograda como directora. La ventaja del talento en la dirección que logra modificar lagunas o fallos en la escritura. Desde luego, Vanessa Montfort es mujer de teatro y narradora a todo dar, de la que siempre se esperan interesantes propuestas.
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(1) Firmado Lejárraga,
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REPARTO: Cuca Escribano y Miguel Ángel Muñoz
TEXTO Y DIRECCIÓN: Vanessa Montfort, adaptación teatral de su novela Mujeres que compran flores
AYUDANTE DE DIRECCIÓN: Alexandru Stanciu
ESCENOGRAFÍA: Estudio Dedos. Curt Allen Wilmer y Leticia Gañán (AAPEE)
ILUMINACIÓN: Valentín Álvarez (AAI)
MÚSICA: Fernando Velázquez
ESPACIO SONORO: Javier Almela
MOVIMIENTO ESCÉNICO: Isabel Vázquez
VESTUARIO: Virginia Serna
COORDINACIÓN DE PRODUCCIÓN: Elena Martínez
COORDINACIÓN TÉCNICA: Alberto de Las Heras
PRENSA: María Díaz
FOTOS: Pablo Lorente
DISEÑO GRÁFICO: 16 Escalones
REDES: Concha Martín
DISTRIBUCIÓN: Elena Martínez/Sandra Avella
DIRECCIÓN DE PRODUCCIÓN: Cuca Escribano
Es una producción de Avanti Teatro
En coproducción con Teatros del Canal
de la Comunidad de Madrid – Madrid
Cultura y Turismo S.A.U., 16 Escalones
Producciones, Concha Busto Producción
y Distribución, María Díaz Comunicación.
En colaboración con: Junta de Andalucía/Consejería de Cultura y Patrimonio
Histórico. Teatro Cervantes de Málaga.