Las fronteras son elementos simbólicos que estructuran el mundo
Carlos Spottorno y Guillermo Abril desarrollan una obra interesante e innovadora.
El noveno arte, como los otros, es un sector que no siempre aplaude las obras arriesgadas y rupturistas como la que hoy vamos a comentar. La falla es, sin ninguna duda, un trabajo que resulta chocante por su presentación. Al fin y al cabo, está basado en una novela de carácter fotoperiodístico y, no tanto, de un cómic al uso. Este hecho, convierte a esta obra es un híbrido de gran interés para el sector.
El problema que uno se puede encontrar cuando se adentra en este trabajo no es tanto la utilización de las fotos en la construcción de la obra. De hecho, creo que la composición funciona y la narración visual es lo mejor que tiene esta obra. La narración escrita es, posiblemente, la principal debilidad de la obra. Su estructura es un tanto discontinua y no hace que el lector se vaya introduciendo, poco a poco, en la historia.
Por otro lado, la ausencia de personajes también convierte a la narración en fría y distante. Posiblemente, esto se hubiera resuelto con una narración escrita más prolífica y detallada que permitiese hilar mejor el relato y diese profundidad a la narración. En este sentido, los autores parece que han pretendido evitar que la obra recordase a un trabajo periodístico y han eliminado todas las virtudes de este tipo de trabajos.
He querido comenzar hablando de los problemas, para intentar dejar en el lector una sensación positiva final del trabajo. La obra presenta un conjunto de imágenes de gran interés y potencia narrativa. Podríamos decir que los autores logran transmitir y trascender a través de imágenes sencillas y composiciones en las que los paisajes sorprenden. Como hemos indicado, la frontera es un límite de significaciones y sentidos que dialogan o, por lo menos, interactúan en algún instante. Pero este límite no solamente es humano y, por lo tanto, simbólico. También es geográfico.
De hecho, en el interior de la montaña, se afirma en el trabajo, es donde se encontrará la clave de esta construcción simbólica. Edificación de significaciones que el dinero y los intereses del progreso moderno y posmoderno rompen constantemente. Estos mismos elementos, paradójicamente, también logran unir a las naciones. La falla es, por todo eso, el elemento que logra construir el mundo, ya que la corteza nace en ella, pero también lo destruye. He aquí la paradoja simbólica a la que nos someten los autores de este gran trabajo.
Un trabajo donde la fragilidad de la paz está en manos de la intención humana por el poder y la potencial destrucción de todo lo que ha sido construido con tanto esfuerzo y durante tanto tiempo. Nuevamente los autores entran en las profundidades de la paradoja humana y nos presentan una obra de gran profundidad filosófica y ética.
En definitiva, Spottorno y Abril nos ofrecen una obra que, en cierta manera, se puede convertir en imprescindible para el noveno arte actual. Estoy deseando que estos autores vuelvan a ofrecernos otra obra, aunque espero que introduzcan más elementos explicativos en ella.
Por Juan R. Coca