Cheerleaders (orgullo y pompones)

Por Àngels S. Amorós

Christal Frasier (guión), Val Wise (dibujo), Oscar O Jupiter (lettering), Alba Paga (traducción). Cheerleaders (orgullo y pompones). Barcelona: Norma Editorial. pp. A partir de los 12 años.

Siempre soy el centro de atención. Y piensan que si me equivoco o se me va  la olla, es porque soy trans… No piensan que es porque no soy perfecta.
Una historia valiente es aquella que arriesga tanto o más que los protagonistas ya que presenta personajes que se salen de lo corriente y más que marcar hitos se atreven a vivir su vida a pesar de las circunstancias y de su entorno. Además, se suele relacionar el riesgo que diferentes sellos editoriales asumen a la hora de poner en el mercado títulos que llaman la atención pero con cuyo contenido no se identifica la mayoría heteronormativa porque rompen con los estereotipos e invitan a tomar decisiones sobre la propia identidad. Así pues, la lectura es otra opción para bucear entre la diversidad y la construcción de la identidad a partir de las experiencias vicariales. De esto modo, más que buscar identificación con los protagonistas hay que pensar todo lo que nos puede aportar una historia que nos ilumine hacia temas no nuevos pero sí que se aborden desde otra óptica.
En orgullo y pompones nos encontramos con diferentes tipos de chicas, y también algún chico, que poco tienen que ver con el resto. Mientras Bea da lo mejor de sí misma para que sus padres no dejen de apoyarla en su proceso de transformación, Annie no le importa nada ni nadie. A pesar de ello, Annie es una buena estudiante que no suele congeniar con el resto de adolescentes de su instituto porque suele saltar a la mínima provocación, si no es ella la que empieza el conflicto. Sin embargo, las dos chicas se conocían de antes y se ven obligadas a interaccionar porque la directora del centro y la madre de Annie quieren que pruebe a ser animadora para sumar puntos y poder estudiar en la universidad. No es tan extraño en un país como Estados Unidos donde hay tanta competencia y donde la universidad suele tener muy en cuenta el currículum de los jóvenes y se les valora muy bien que colaboren en asociaciones y lleven a cabo proyectos de todo tipo, sobre todo con el deporte.
La historia se desarrolla con bastantes altibajos, momentos de humor y otras situaciones que despiertan empatía y otras que resultan bastante sorprendentes. Bea y Annie finalmente descubren el valor de la amistad y se aceptan a sí mismas mientras que no pueden evitar que entre ellas surga algo más que amistad porque lo más importante ser consciente de nuestras emociones y tratar de ser feliz.
En definitiva, un libro que se debe leer poco a poco y que funcionaría muy bien también como novela, aunque es indudable que hay muchas imágenes potentes y con mucha valentía que es difícil que se puedan reproducir con palabras. No es necesario compartir intereses con las protagonistas, y no solamente me refiero a su identidad afectiva y de género, sino que a pesar del título y de la imagen de la portada no se incide demasiado en qué significa ser animadora, pero sí los valores que conlleva: espíritu de equipo, coordinación, colaboración y confianza en una misma para el bien del resto.
Una historia magnífica que pide más de una lectura para captar toda la esencia y ponerse en la piel de todos los personajes porque está narrada desde diferentes puntos de vista que es fácil determinar por el tono de las imágenes. Recomendada para todos.

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