LLuís Homar logra un fantástico reencuentro con Lope
Por Horacio Otheguy Riveira
Lo fantástico brota desde el primer momento en que el elenco entra por el patio de butacas y, vestido de modo atemporal, se distribuye por el escenario para, mirando al público, nombrarse cada intérprete a sí mismo. Una presentación que marca desde tan insólito comienzo la pauta de toda la puesta en escena, un trabajo mesurado, sin la menor estridencia, donde la violencia y la muerte de tropa y emperadores viajan en el mismo ámbito que los cadenciosos versos del genial poeta.
Si Lope de Vega en 1608, a la mitad de su larga carrera, descubre el valor de la ficción teatral sumergida en el mar de preciosas falsedades, embustes con los que se entretiene al poder que sostiene a los artistas, de pronto se yergue victorioso en una revelación plástica a la altura de su coetáneo Shakespeare (Hamlet, 1603) con quien nunca llegó a competir duramente (como ocurriría con Cervantes y Calderón) ni a compartir unas jarras de vino. Lope es mucho Lope en esta función fabulosa —sobre hechos históricos— que Lluís Homar dirige logrando que todo el reparto alcance una sublime musicalidad, y en el que los talentos más asentados en el autor (Montse Díez, Querejeta, Elejalde…) sobrevuelan el teatro de la Comedia, sintiéndose tan cercanos a lo que viven en escena que parecen surgir de algunos de los títulos que con los años fueron componiendo.
Tras su ya larga carrera jalonada de valiosas creaciones, Israel Elejalde logra en este Ginés un retorno triunfal al siglo de oro con un personaje que se desarrolla paulatinamente, desde el hombre de teatro reclamado por el emperador Diocleciano, al que intenta servir lo mejor posible, entre situaciones conflictivas de un amor pasional, marcado por los celos, de la ficción a la realidad, para crecer como un revolucionario a partir de un mero encargo. La revolución de la fe cristiana al ser tocado por un ángel inesperadamente (maravillosa voz a capela de Aína Sánchez).
El abuso de poder del gobernante culto, generoso, bien pensante, saca su feroz arma cuando alguien se atreve a destronar a Neptuno como dios único. Elejalde modula magistralmente el sencillo y denso texto, según toque, para adentrarnos en un campo poético de profunda densidad teatral. Todo es teatro y a través de su modélica enseñanza en la indagación de emociones e ideas, al descubrir Lo fingido verdadero, corona de gloria el arte escénico aquí y ahora, como una ejemplar conciencia de nuestro tiempo, gracias en gran medida a la versión de Luigi Giuliani (editada por la CNTC y vendida en el hall del teatro por solo 3 euros; con prólogo del profesor Felipe Pedraza Jiménez, de la Universidad de Castilla-La Mancha).
Extracto de la entrevista publicada en la Revista Teatros el 1 de febrero de 2022
[…] María: Nos ha reunido el Fénix (risas). El Lope que firma esta obra es un Lope transgresor, pretende renovar un poco el estilo de comedia que había hasta el momento y lo hace a través del “Arte nuevo de acer comedias”. Esta obra bebe mucho de esa renovación teatral. Y Lope hace un homenaje al teatro.
Arturo: Es que Lope en esta función se hace un auto homenaje (risas). Casi está explicando lo que luego siglos después hemos estudiado los actores de la organicidad, del método Stanislavski, etc. En Lope estaba apuntado: si un actor no siente la capacidad de amar, los celos o todo eso que está ahí en llamaradas, difícilmente lo va a poder representar y es una lección teatral maravillosa.
Hablemos de LO FINGIDO VERDADERO
Arturo: Es una función complicada, casi como tres funciones en una. Por un lado, la época de Diocleciano, un militar que accede a ser césar gracias a sus compañeros y que quiere ser un buen gobernante. Tiene casi un tono shakespeariano porque se suceden todas las luchas intestinas del poder, ahí muere hasta el apuntador (risas).
Por otro lado viene la parte de representación de Ginés. Vemos al mejor actor de Roma, ese gran representante, y tiene un tono más de comedia en la que se sustancian todos los entresijos amorosos y acaba en una comedia de santos porque Ginés, representando el bautismo de un cristiano, recibe la iluminación divina y entiende y abraza el cristianismo. Diocleciano lo sorprende, se entera y le da muerte…
María: Es una obra muy interesante porque, además, la propuesta que hace Lluís Homar enfatiza eso con lo que Lope juega todo el rato: estar entre la ficción y la realidad constantemente. Lope habla de que todos representamos un papel y es muy contemporáneo con las redes sociales. Es el metapersonaje: no solo cada uno elige un personaje en la vida, que representa hasta que se muere, sino que a través de las redes sociales te haces otro personaje, muestras cosas de ti que quieres que los otros vean, que pueden ser verdad o no, y nos movemos en ese mundo de lo fingido verdadero…
Dirección Lluís Homar
Dirección adjunta Oscar Valsecchi
Reparto: Silvia Acosta, María Besant, Montse Díez, Israel Elejalde*, Miguel Huertas, José Ramón Iglesias, Ignacio Jiménez, Álvaro de Juan, Jorge Merino, Aisa Pérez, Paco Pozo, Arturo Querejeta, Verónica Ronda, Aina Sánchez, Eva Trancón.
*El personaje de Ginés será representado por Ignacio Jiménez en las siguientes funciones: 8, 9, 15, 16, 22 y 23 de marzo de 2022.
Voz y palabra Vicente Fuentes
Escenografía José Novoa
Iluminación Juan Gómez-Cornejo
Vestuario Pier Paolo Alvaro
Música Xavier Albertí
Ayudante de dirección Beatriz Argüello
Ayudante de escenografía Pablo Chaves Maza
Ayudante de iluminación Pilar Valdelvira
Ayudante de vestuario Roger Portal
COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO CLÁSICO. TEATRO DE LA COMEDIA. HASTA EL 27 DE MARZO 2022