“Las razones del hombre delgado”, de Rafael Soler
Por Pedro García Cueto.
Rafael Soler no necesita presentación: poeta, novelista, hombre prolífico donde los haya. Ha ido dejando una gran obra que tiene, por encima de todo, su cénit, en el lenguaje lúcido e irónico, donde podemos ver la hondura de un hombre singular.
Llega Las razones del hombre delgado, con fino estilete, publicado por la Nueva York Poetry Press. Este libro es un tejido delicado, donde Soler ahonda en las razones de la vida y de la muerte y se entrega a la faena del verso como un paisaje de luz, donde vemos al hombre que yace muerto y que nos habla a todos. La sentencia vital está echada, cartas marcadas que no podemos evitar, el juego es irrenunciable y sabemos de nuestra efímera presencia en el mundo.
Es, precisamente, el tejido lingüístico con el que está hecho el libro lo que le da singularidad y convierte esta obra de Soler en un cosmos de su poética. Las razones son la vida y la muerte, pero vistas con la lucidez de un gran poeta.
En la parte llamada “El reino de los leves”, segunda del libro, Soler pinta el lenguaje, lo cincela, lo esculpe con su verso:
“Solo para mi muerte / esta nana muy al gusto del Gran Topo / turbio holgazán que hace de la sopa / lepra blanca / yo vengo de quien gusta / nacer en la saliva”.
Lo que caracteriza a Soler es ese gusto por dar al lenguaje la característica de la danza, porque bailan las palabras, parece que no tienen relación, pero están ahí esperando la coreografía del lenguaje.
Y esa sensación de la vida como un todo que conduce a la nada, porque Soler sabe, ante el cuerpo yacente, que todo vuelve, nos inventamos en el vacío existencial y regresamos en otros que nos evocan, damos a luz en el sueño de la eternidad:
“vigilia entonces las horas por venir / que hacen de la nada un todo / y en el pecho se acomodan / cada uno con su andén / y su extravío”.
En el tercer apartado titulado “Para fundar una distancia”, el cuerpo que yace muerto, vive aún, porque precisamente el objetivo del libro es desmitificar la muerte, reírse literalmente de ella, saber que somos polvo y ceniza, pero que, en ese momento de trance, debemos irnos, con la misma premura que el que vive, el que respira, todo es un juego en realidad:
“Y luego dicen / que el musgo no hace daño / pero entra en mi noche / con su alarido verde / husmea los pálidos asuntos / litigio del fémur cuando adopta / una postura ojival sin paliativos”.
El baile de la palabra, la danza del lenguaje, la música que acompasa el verso y le da esa sensación rotunda de existencia, el tejido fino con que hila Soler la palabra va tejiendo el libro como un amanuense. Y cabe el amor y el sexo en esta danza de la muerte:
“Hagamos el amor en una silla / me dijiste / al modo que cantaba / tu amiga la poeta / ron cola puerto rico tetas grandes / hagamos el amor en una silla / me pediste / era del sur de california / bebía ron con soda / y solo con las tetas acercaste / pero sí / era un gran poema / y contigo hice el amor / en esta silla”.
Y en el apartado cuarto, “Morir para contarlo”, vemos ya el resumen, todo es nada en realidad, pero queda la sensación de desdramatizar la muerte, punto y final del viaje:
“Cerrado mi expediente / mudo en vuelo cuanto fui / y no es tribulación / este deambular / de quien entero llega / a disfrutar del frío / quiebro inguinal / este abrazo conmigo / y con las sombras”.
Hay en toda la obra de Soler destellos, luces que nos ciegan y luego queda el remanso del vuelo, cuando el poema va cediendo en su brío, hasta dejarnos el eco de la palabra ajustada y apropiada, porque en la poesía de Soler ninguna palabra sobra, todo es un puzzle bien terminado.
Las razones del hombre delgado es un baile con el lenguaje, es una danza con el verso, porque, como buen bailarín, el poeta sabe que todo es irreverente y que todo aquello que hacemos trascendente es solo un juego. Gran poesía y gran libro de este poeta valenciano que afina más todavía en su decir poético.
TÍTULO: LAS RAZONES DEL HOMBRE DELGADO
AUTOR: RAFAEL SOLER
EDITORIAL: NUEVA YORK POETRY PRESS
AÑO: 2021