José Luis Morante: «El aforismo guarda un compromiso con el fluir del pensamiento»
José Luis Trullo.- Entre los nombres que más han contribuido al auge del aforismo actual se encuentra el de José Luis Morante quien, además de creador prolífico, ha consignado la evolución del género tanto en medios como El Aforista o InfoLibre, como en su blog Puentes de papel. Como creador ha publicado los libros Mejores días y Planos cortos, entre otros.
¿Cuándo y cómo arribó un poeta como usted al aforismo?
Como lector, los primeros encuentros con el aforismo se producen en los años noventa con dos libros esenciales, Ideolojía, una compilación aforística de Juan Ramón Jiménez, preparada por Antonio Sánchez Romeralo, y la poesía de Carlos Edmundo d Ory, que me regaló el poeta Félix Grande, donde se incluía una extensa muestra del ludismo conciso del gaditano.
Como escritor de esta forma breve, mi primer cuaderno fue Sueltos, editado por Amargord en 2008; allí publiqué unos cincuenta aforismos que después se integrarían en Mejores días, mi amanecida de aforismos. Señalo además que algunos críticos siempre han hablado del cierre aforístico de mis poemas, y no les falta razón, mis versos finales suelen tener un carácter sentencioso, de impacto verbal.
–Su aforismo posee un perfil muy característico, alejado de las fórmulas más lapidarias y que gusta de la evanescencia y la evocación. ¿Cuáles son sus referencias literarias en este sentido?
Dentro de la ecuación universal que genera la forma breve, hay dos elementos básicos que son filosofía y poesía; es inevitable que tras el largo camino poético que he recorrido en estos treinta y tantos años de escritura, mis laconismos se inclinen a la mirada poética, a esa estela de evanescencia, evocación y goteo emotivo. Son estrategias expresivas muy próximas en las que hay que cuidar al máximo la precisión, la dicción selecta y el fluir cristalino del cauce argumental.
–En su blog, Puentes de papel, ha tenido la oportunidad de hacerse puntual eco de las novedades editoriales en torno al aforismo. Tras todos estos años de crónica literaria, ¿cuál es su veredicto? ¿Hemos asistido a un boom consistente, o ha sido todo un espejismo?
Pisamos un territorio sólido, de afirmación matérica del género; falta todavía la perspectiva temporal necesaria que debe dirimir voces y ecos, pero el núcleo central del aforismo contemporáneo puede competir con la edad de plata, ese tramo inicial del siglo XX que hoy constituye el magisterio básico de los practicantes. También hay material perecedero y previsible que se arrima a logros ajenos sin añadir el matiz singular que da sentido a una voz. Y destacaría la normalización de voces femeninas que por primera vez publican con luz de mediodía.
-¿Qué autores le parece que atesoran mayor calidad, de entre la nutrida pléyade de aforistas en activo?
Mis preferencias en este sentido son muy claras; por eso no creo que las ausencias consideren mis gustos un rechazo a su obra; no es así; solo hablo de mis lugares preferidos ante un horizonte muy extenso: me gusta el sentido del humor de Ramón Eder, su forma de acercarse a lo cotidiano, despojado del tono sapiencial del profesor en la tarima; la calidez intimista de Carmen Canet, su voz confidencial que mira las hendiduras de las relaciones sociales; son afines a mis gustos verbales los universos creativos de Fernando Menéndez, José Mateos y Dionisia García. Y siempre añade el matiz heterodoxo a sus breverías Sihara Nuño, Aitor Francos, Sergio García o Hiram Barrios Con esos nombres sobre mi mesa de trabajo paso un invierno feliz, de manta y lumbre.
-¿Qué oportunidades y amenazas se le plantean a todo aforista que, en pleno siglo XXI, se decide a comprometerse con el género?
La celeridad de internet y su mutación continua ha generado un formato nuevo que exige estudio y reflexión; no se trata de contar caracteres sino de adecuar la pulsión expresiva al espacio virtual; los peligros que acechan son los de siempre: la obviedad, el lugar común, la estela de humo disfrazada de solemnidad y las ocurrencias que genera el polvo sin asiento de la actualidad. El aforismo es un escrito de la tradición, no un vuelo digital de hace unos minutos, y es necesario conocer su despliegue en el tiempo y su compromiso con el fluir del pensamiento, su eje de luz.
Muy agradecido a José Luis Trullo por la entrevista y por su incansable trabajo de difusión del aforismo. La conversación da mucho de sí, así que encantado por la hospitalidad de CULTURAMAS.ES
Cordial saludo, maravilloso saber de cultores del aforismo. Escribo este género literario desde hace años. Soy de Caicedonia Valle Colombia. Invito a leer mis aforismos en el periódico virtual El Quindiano. Gracias por la atención.