Eva Soriano se confiesa de sus pecados y se queda tan a gusto
Por Mariano Velasco
Suelta Eva Soriano en un momento de su recién estrenado espectáculo que no pasa na por pecar, que luego antes de palmarla va una, se arrepiente de todo y asunto solucionado. No está mal pensado, y a esta estupenda y completa humorista le sirve sobre todo para justificarse ante lo que nos va a contar en este divertidísimo e irreverente monólogo que reestrena ahora en el Pequeño Teatro Gran Vía de Madrid: “El pecado de Eva”.
Así que abran sus mentes y lo que haga falta abrir, y prepárense para asistir a un pormenorizado relato trascendental y profundo que te cagas, que comienza abordando materias de suma relevancia internacional, como el asalto al Capitolio o las dichosas fiestucas de Boris Johnson; deja su espacio a otros temas que a todos nos resultarán más cercanos, como las consecuencias derivadas de asuntos tan destructivos como la tormenta Filomena por un lado y la práctica del crossfit, por otro; se va desviando discretamente hacia cuestiones de mayor calado, como la influencia de las pelis Disney en el universo femenino; se adentra poco a poco como quien no quiere la cosa en asuntos más íntimos, como la comparación del Tinder con una pescadería; se recrea en citar la escasa discreción de la china que te depila las partes íntimas (culo y chocho, para entendernos), y acaba – se veía venir – centrándose pormenorizadamente al fin en el único y verdadero argumento relevante para el devenir de la humanidad desde los tiempos de Adán y la otra Eva: el folleteo.
A nadie se le escapa que para dominar el arte este, el del monólogo, no el del folleteo, conviene lo primerito de todo contar con el respaldo de un buen texto, a ser posible ágil, directo, actual y divertido. Pero tan importante o más es saber cómo interpretarlo y presentarse ante el espectador con naturalidad, para que al público no le dé por pensar que vale, que sí, que muy gracioso todo, pero que cómo se te nota qué estás repitiendo un texto como un papagayo.
El espectáculo de Eva Soriano cumple más que de sobra con ambas premisas, y creo que se distingue especialmente por la última, por la naturalidad de esta mujer a la hora de abordar asuntos como los arriba mencionados, los del folleteo. Porque cuando uno/a se mete en según qué detalles, la cosa tiene su aquel, no me digan que no. Pues se le notan de sobra a Eva las tablas adquiridas (¡en lo del monólogo!), tanto en su experiencia en televisión (El club de la comedia, Late Motiv, Tu cara me suena…) como en radio (Cuerpos Especiales-Europa FM).
Siempre va a haber quien se dé por aludido/a en alguna de las situaciones más o menos comprometidas que Eva nos cuenta desde un enfoque muy personal. Mola además la perspectiva femenina que ella aporta a la cuestión, dándole la caña justa y necesaria al lado masculino, si lo hubiere. Sin ensañarse tampoco, pero bien. Y remarcándonos que en esto del folleteo y sus derivados todos y todas tenemos nuestras dudas, preocupaciones, obsesiones, manías, gustos y lo que sea, pero todos y todas por igual. Porque de lo que se trata, nos viene a sugerir Eva con sus pecadillos, es de que disfrutemos y nos lo pasemos bien. O al menos lo intentemos.
Ah, y que aquí nadie resulta imprescindible, que siempre se lo puede montar una solita. Con mayor o menor parafernalia, pero solita al fin y al cabo. Tema colateral: masturbación. Se abre hilo.
Total, que yo les recomendaría que acudan a ver a Eva Soriano relajaditos/as y dispuestos/as a todo, que lo van a disfrutar. Y que si luego se tercia, sea porque traigan ya el plan hecho de casa o sea porque surja durante el espectáculo, que todo puede ser, disfruten también de lo otro. Del folleteo, digo. Y si lo ven necesario, después se confiesan y punto. Eso que se habrán llevao pal cuerpo. De gratis.
El pecado de Eva
Eva Soriano
Teatro Pequeño Gran Vía
Sábados, 21 horas
Venta de entradas: https://gruposmedia.com/cartelera/el-pecado-de-eva-eva-soriano/