Hoy entramos en otra clase de historia, un tanto particular, de Ennis
Hace poco tiempo hablamos del interesante trabajo de Ennis en The Stringbags (Aleta). Al hilo de esa obra, queremos recordar World of Tanks: Orden de batalla (Panini).
Al entrar en este mundo de tanques que nos presenta Garth Ennis, uno puede tener dos sensaciones antagónicas. Por un lado, puede pensar que estamos ante una obra que Ennis realiza, por petición, para hablar de un videojuego homónimo. En el lado contrario, podemos suponer que estamos ante un cómic histórico basado en un proceso documental. Pues bien, realmente ambas visiones se unen en esta obra.
Ahora bien, como no podría ser de otro modo, Ennis necesita adaptar la realidad para que pueda tener el ritmo y la estructura propia de una obra del noveno arte. Por esta razón, la obra no resulta estrictamente fiel a lo que sucedió en la Segunda Gran Guerra. En este sentido, Ennis toma la idea de los “Funnies” para hacer de estos tanques unas herramientas bélicas de gran interés narrativo. Ahora bien, juega con el lector para sorprenderlo.
Durante esta guerra la armada anglocanadiense se ocupó de acabar con una línea de defensa denominada “Muro Atlántico”. Esta consistía en un conjunto de estructuras y armamento defensivo. Para luchar contra este muro, Percy Hobart (un comandante innovador y atrevido) optó por probar configuraciones nuevas de los tanques para otorgarles unas capacidades inusitadas. Estos tipos de tanques, los funnies (raros), lograron su objetivo y fueron una herramienta francamente ventajosa para el ejército anglocanadiense.
A partir de esta idea, Ennis nos cuenta como un grupo de tanques se enfrenta contra los poderosos blindados alemanes y contra ese muro atlántico que hemos mencionado. En este sentido, el guion retuerce la historia para ajustarlo a los intereses de la acción. En este sentido, nos muestra, someramente, que los tanques británicos no eran, ni de lejos, los mejores de la contienda (algo que se ajusta a la realidad). Además, incluso utiliza la idea de los problemas en la producción de los mismos. Toda esta construcción de la ficción narrativa hace que el trabajo final sea entretenido y logre absorber al lector.
El trabajo no resulta superficial, aunque es cierto que tampoco es un cómic excepcional. He podido leer que algunos críticos consideran a esta obra como menor, dentro de los trabajos de Ennis. Aunque no he leído toda la obra de este autor, en breve comienzo Historias de la guerra, creo que es un tanto injusto considerar que es una obra menor.
Todos sabemos que el guionista es un entusiasta del mundo bélico. Por ello su conocimiento de éste es amplio. Creo que esto hace que le pueda resultar sentido idear una obra de estas características siendo verosímil y haciendo referencia, como vimos, a determinados elementos de la historia. Además, la construcción de los personajes es adecuada para que logremos empatizar con ellos. Por todo ello, considero que es un tanto injusto considerar a esta obra como menor. Desde luego, la obra es interesante y recomendable.
Además, la narración gráfica es buena y cumple, adecuadamente. La obra transmite emoción y logra impactar en el lector. En este sentido, es un trabajo con detalle, al tiempo que muestra nitidez en el color y calidad en el desarrollo. Una obra que conjuga con la narración visual logrando un trabajo redondo y notable.
Por Juan R. Coca