Antología de la poesía burlesca italiana, VV. AA.

Por Francisco Onieva Ramírez.

La editorial maLuma edita, dentro de su colección “La luz amarilla”, una interesante Antología de la poesía burlesca italiana, desde el nacimiento del género hasta su agotamiento en la Italia del Risorgimento. Se trata de una cuidada edición bilingüe, cuya selección y traducción corren a cargo de Arturo Ordozgoiti, quien también firma un extenso prólogo que recorre la historia del género en la literatura italiana y establece las coordenadas histórico-literarias en que nacen los textos. El tono divulgativo de la misma se aprecia, además, en la labor de ordenación de los autores (atendiendo a la centuria en que desarrolla su actividad literaria: Duecento-Trecento, Quattrocento,Cinquecento, Seicento, Settecento y Ottocento), en el preámbulo de la breve selección de textos de cada uno, donde se resaltan los aspectos más significativos de su poética, y en unas prescindibles notas al pie de cada poema donde se indica la estrofa, el número de versos y el esquema métrico.

Este objetivo principal determina, asimismo, la ausencia de textos de carácter político, como el propio antólogo justifica, pues la idiosincrasia de los pequeños estados italianos y la complejidad de intentar definir el marco histórico y político en que nace cada poema hubiese dado como resultado una antología mucho más densa y con un mayor aparataje crítico, que podría echar para atrás al lector.

El libro, pues, es concebido como un acercamiento a un género dedicado al entretenimiento, que busca, ante todo, provocar la risa, para lo que acude al ingenio, al artificio y al juego verbal, dando como resultado una amplia variedad de temas, que son tratados de manera jocosa.

Se cierra el prólogo con un interesante epígrafe dedicado a la “influencia de la poesía burlesca italiana en la poesía española”. Aunque en nuestra lengua tengamos una tradición jocosa medieval, que nace de las sátiras de Horacio y de Juvenal y, sobre todo, de los epigramas de Marcial, y que deja resultados como el Libro de buen amor o algunos poemas aparecidos en el Cancionero general de Hernando del Castillo, la implantación definitiva del género tiene lugar en el segundo tercio del siglo XVI, por influjo de la obra de Berni y de sus seguidores. De hecho, el italianismo “burlesco” aparece en las ediciones tanto de las obras de Góngora como en el Parnaso español de Quevedo, de 1648, quienes, de este modo, son adscritos o se inscriben en la tradición iniciada por los poetas “bernescos”.

En la Toscana del siglo XIII, junto a los poemas del “dolce stil nuovo”, cuya temática principal es el amor, que es trascendido y deviene en experiencia intelectual al fundirse la tradición del amor cortés con el pensamiento neoplatónico, aparece una serie de poemas en los cuales se impone lo cómico y en los que el poeta acude a la ironía y a la parodia para tratar de manera desenfadada temas como los pequeños placeres (el vino, el amor sexual, la buena mesa o el juego), la crítica social o la ofensa personal. El iniciador de esta poesía burlesca es Rustico di Filippo, de quien conocemos 29 sonetos amorosos y otros 29 burlescos, en los cuales caricaturiza a diversos personajes reales e imaginarios, que son retratados con sutiliza. Junto a él destacan Meo de´ Tolomei, el poeta sienés más conocido del momento, del cual se han conservado tan solo 20 sonetos y un poemas de casi 150 versos en el que ataca sin piedad a su propio hermano, recreándose en todos sus vicios y defectos; Cecco Angiolieri, que en sus 128 sonetos habla del juego, de la pasión por el vino o del amor, al tiempo que parodia a mercaderes o artesanos; Folgore de San Gimignano, que incorpora el mundo realista y la sociedad aristocrática, describiendo juegos, banquetes o escenas de caza; y Cenne della Chitarra, quien lleva al extremo la parodia para censurar los vicios y defectos de la sociedad de su época.

El autor más significativo del Quatrocento es Domenico de Giovanni, cuya poesía “alla burchia” contó con numerosos seguidores e imitadores, deslumbrados por las asociaciones inéditas entre las palabras y el referente, por sus incisivas alusiones a hechos y personajes del momento y por el desarrollo del soneto con estrambote. Junto a él, destaca Antonio Cammelli, quien, en sus más de 300 sonetos con estrambote, consigue combinar el tono desenfadado y burlesco con una dimensión moral.

El gran autor de la poesía satírica y burlesca, irreverente e inconformista, del Cinquecento es Francesco Berni, cuyo escepticismo es el caleidoscopio necesario para abrir el poema a lo jocoso, a la burla, a lo obsceno, buscando la risa, pero también la reflexión del lector al no olvidar la dimensión moral del poema. Entre sus seguidores, conocidos como “bernescos”, destaca Anton Francesco Grazzini, capaz de confesar su propia homosexualidad en pleno siglo XVI.

La poesía satírico burlesca del Seicento sigue la línea de Berni, con poetas como Alessandro Tassoni, conocido por su intento de crear un nuevo género épico-cómico con El cubo robado y por dos filípicas contra el rey Felipe III de España, además de medio centenar de poemas; Francesco Ruspoli, destacable por sus ataques certeros contra los vicios de la sociedad de su tiempo y por los retratos caricaturescos de algunos contemporáneos; y Alessandro Allegri.

El género entra en una clara decadencia en el Settecento, siglo en que hay dos tendencias: la de los epígonos de Berni, entre los que destacan Santi Saccenti y Giuseppe Baretti, y la poesía jocosa de Ferdinando Galiani. Y su agonía culmina en el Ottocento, en el que sobresalen las obras de Antonio Guadagnoli, con su apertura del género a nuevas formas métricas como la sextina endecasílaba; y de Arnaldo Fusinato.

Hecho este breve recorrido por la poesía burlesca italiana solo nos queda adentrarnos en las cuidadas traducciones de Arturo Ordozgoiti para disfrutar de unos textos y de una visión de la realidad que hoy, cuando la crispación y el odio están a la orden del día, se hacen más necesarios que nunca.

 

Autores: VVAA.

Título: Antología de la poesía burlesca italiana

Editorial: maLuma

Páginas: 207

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