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Analizamos las noches más oscuras del mundo DC

Portada de La noche más oscura

La noche más oscuras y Noches oscuras: Metal son dos eventos que han tenido gran repercusión. Con el objetivo de conocer más sobre su éxito, nos adentramos en sus páginas para compararlos y analizarlos.

En el año 2009 vio la luz el evento centrado en el mundo de los Green Lanterns y gestado por Geoff Johns: La noche más oscura. Esta obra va por su quinta edición en nuestro contexto, en la edición ómnibus y, en 2019, ECC optó por publicar también una edición XP de cinco tomos donde se han publicado las diferentes derivas que generó la obra central.

Siete años después se empleó una estrategia semejante, esta vez timoneada por Scott Snyder y focalizado en el cosmos de Batman: Noches oscuras: Metal. La edición integral apareció a comienzos de 2020 y también ha generado obras derivadas tales como Historias del Multiverso Oscuro, El Batman que ríe (de la que acaba de salir la segunda edición) o la recentísima Historias del Multiverso Oscuro II. A su vez, dio lugar a una segunda parte titulada Noches oscuras Death Metal y la obra derivada de ésta Death Metal: Metalverso.

Portada de Historias del Multiverso 2

Todos estos datos dan muestra de la aceptación de este tipo de estrategias editoriales y de la relevancia comercial que tienen las obras más próximas al mundo del terror. De momento, no vamos a ahondar en las distintas obras derivadas. Nos preocuparemos exclusivamente de las dos obras integrales y centrales de ambos eventos, puesto que son los gérmenes de todas las derivadas posteriores.

La noche más oscura

Este primer evento está planteado con una narrativa inicial próxima al mundo de lo demoníaco y a la conjura de la oscuridad. De hecho, la generación de la mano negra, uno de los causantes del proceso, está vinculada a la muerte. En línea con esto, los denominados anillos negros se aproximarían a una especie de metáfora de la posesión del averno y la vuelta a la “vida” de los muertos.

En la obra, se muestra la manera en que las hordas del anillo negro avanzan sin que nadie parezca que pueda pararlas. Pero, paulatinamente, se va descubriendo que la única manera de contrarrestar el poder de la oscuridad es utilizando la luz. En el mundo de Green Lantern, un entorno donde los colores están relacionados con las emociones, era necesario la combinación de colores y emociones para lograr esa luz blanca que pudiera finalizar la destrucción generada por la oscuridad.

Por otro lado, los seres que vuelven a la vida recuerdan mucho a los clásicos zombis, lo que los convierte en seres identificables con el imaginario clásico del terror. A su vez, y este es otro elemento sugerente de la historia, algunos de los héroes tienen que convertirse en su antagonista para poder superar la dificultad. Esto supone cierta transgresión del propio héroe. Algo que suele gustar mucho a los lectores.

Noches oscuras: Metal

Portada de Noches oscuras: Metal

El segundo evento que queremos comentar está orquestado por Scott Snyder y extiende la idea del Multiverso promovida por Grant Morrison. En este sentido, Snyder optó por incorporar un universo al Multiverso de Morrison, el multiverso oscuro. De este modo, logra estructurar la narración de una alternativa oscura al cosmos de Batman.

Dichos caminos divergentes también son mostrados como híbridos. De ahí que sea posible entreverar los personajes clásicos en visiones oscuras de ellos. Ahora bien, todo ello pivotando sobre Batman y sobre los elementos más negativos de su carácter. En este sentido, también se utiliza lo emocional como herramienta narrativa para dar sentido a esa oscuridad que nos circunda.

En este caso, la explicación de la cadena de símbolos emocionales es más sencilla y está más ordenada que en el evento de los Green Lanterns. En Noches Oscuras: Metal todo se estructura en base a la clásica dicotomía entre luz y oscuridad, sin más. Ahora bien, nuevamente es necesario que exista un elemento material que saque fuera de la humanidad aquello que puede llegar a destruir al mundo, tal y como lo conocemos. En el primer caso eran los anillos y la batería negra. En este segundo caso es la existencia de diversos tipos de metal.

Algunas ideas

La estructura simbólica subyacente es canónica y clásica. No hay sorpresas. Todo está entre la dicotomía entre el bien y el mal. El héroe y el villano. La oscuridad y la luz. Un código tradicional que sabemos que funciona y el identificable por el público. Un código, además, que tiene que ser proyectado fuera de la humanidad. En caso contrario, el problema estaría en la propia humanidad y eso podría conllevar que pensáramos que ese mal también podría estar presente en nosotros.

Por otro lado, ambas obras parte de un punto común: Crisis final. En esta obra, Grant Morrison abrió las puertas a ese mundo oscuro donde Darkseid es el líder indiscutible, donde los Monitores ocupan un lugar destacado que se verá desarrollado, de un modo u otro, en ambas obras. Crisis final, además, enlaza con Crisis en tierras infinitas y conduce a los elementos básicos del imaginario existente sobre este multiverso simbólico promovido por DC. El progreso parece que necesita apoyarse en la tradición para hacerlo más identificable.

Para terminar, ambos eventos juegan siempre con la pluralidad. No hay un héroe que sobresalga de un modo sumamente destacable. Es verdad que Green Lantern y Batman son los personajes principales de ambos, pero, finalmente, se logra el éxito gracias a todos los demás. Esta idea desinfla la presión imaginaria y simbólica que se podría producir si centramos la salvación del mundo sobre un determinado personaje. Dicho de otro modo, los héroes salvan ciudades o luchan con pequeños grupos de enemigos. Ahora, cuando los peligros son numerosos y grandes, solamente el equipo podrá terminar con las desgracias. Es una especie de reconversión de la idea de familia o grupo social.

 

Por Juan R. Coca

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