La vida secreta de los árboles (2020), de Jörg Adolph y Jan Haft – Crítica
Por José Luis Muñoz.
El auge del género documental es bastante reciente. La no ficción en el cine gana adeptos, lo mismo que el ensayo en la literatura. Del best seller del guardabosques Peter Wohlleben La vida secreta de los árboles, publicado en 40 países, se hizo este documental en el que también interviene su autor, nadie mejor para explicarnos la naturaleza de los bosques, el sufrimiento de los árboles, las tensiones que sufren cuando su explotación es desmesurada y no tiene en cuenta el entorno natural.
Siguiendo a este amante de la naturaleza que ha concienciado unos cuantos miles de ciudadanos, el director Jörg Adolph han compuesto un admirable documental que, sobre el papel, debería ser muy aburrido y poco interesante y sin embargo supera todas las expectativas, capta la atención por lo bien realizado que está. Con imágenes de impagable belleza y comentarios sobre cualquier detalle del bosque, que a nuestros ojos pasarían desapercibidos, nos adentramos en un fascinante mundo vegetal que muchos de nosotros consideramos inanimado y poco estimulante. Los árboles sienten, tienen sentimientos, reacciones, se defienden, sufren, se entristecen, resplandecen, se ayudan unos a otros, como cualquier ser vivo.
Cuando se le pregunta qué tipo de árbol quisiera ser, responde el silvicultor, sin pensarlo dos veces, que haya, porque es autóctono de Alemania, su país, y porque es un tipo de árbol familiar que cuida a los suyos y suele ser muy longevo además de espectacularmente bello. Los bosques tienen 300 millones de años de antigüedad, los hombres 300.000 y los guardabosques 300. En su corta experiencia, el silvicultor Peter Wohlleben se ha dado cuenta de que las talas de árboles, necesarias para la industria maderera, deben de hacerse de forma manual, porque las máquinas producen estrés al entorno lo mismo que a los que las utilizan, y el arrastre mejor con caballos que con camiones o tractores. Los árboles son necesarios para el desarrollo humano y de todas las especies que se cobijan a su sombra. Las selvas del Amazonas que desaparecen por la codicia humana menguan la capacidad del pulmón de la humanidad y terminarán ahogándonos.
Peter Wohlleben viaja a Vancouver para intercambiar impresiones sobre la explotación sostenible de los bosques, a Suecia en busca del árbol más viejo, se une a manifestaciones de los verdes y los instruye con sus conocimientos, fruto de la observación diaria de los espacios naturales. Con este documental, que reúne imágenes impresionantes de la eclosión de las semillas en los terrenos arbóreos, por ejemplo, nos conciencia de la importancia de estar a bien con la naturaleza por nuestra propia supervivencia. Un film muy instructivo, con un sinfín de información interesante que debería proyectarse en las escuelas para crear conciencia ecológica en las nuevas generaciones.