«Comedia sin título», Lorca inconcluso en una colorida y caótica invención
Por Horacio Otheguy Riveira
Mucho color, muchas formas de teatro-danza, para entrar, una vez más, a jugar en el teatro imposible de García Lorca, aquel en el que andaba buceando en el último tramo de su vida con solo 38 años. Para entonces poemas y teatro, conferencias, canciones, dibujos en una personalidad que fascinó a mucha gente con la que empatizaba emocional o estéticamente, sin importarle su tendencia ideológica, amigo de Primo de Rivera y de Manuel Azaña, de Alberti y de Dalí, sin embargo seguía su camino indignado por las diferencias sociales, por la miseria reinante, mientras él dependía económicamente de un padre bien situado. Una personalidad de difícil encaje en la polarización del país donde se anunciaba por todas partes que intentarían matarlo, que aprovechara sus magníficas relaciones en Argentina y, sobre todo México, donde le esperaba Margarita Xirgu para desaparecer de un seguro desastre. Decidió irse de Madrid a Granada, donde fue secuestrado y asesinado.
Esta situación general de su personalidad se plantea en diversas obras. Ahora mismo en el Español, en una dramedia musical, En tierra extraña, y en este arribo a su inconclusa Comedia sin título se exponen los mundos que poblaron parte de su obra y los que se adivinan de su vida, una existencia bien poblada de intensas experiencias.
Renovado tiempo de Federico después de múltiples homenajes en interpretaciones muy variadas también en ópera y danza, o más reciente en el teatro unipersonal con Nuria Espert (Romancero gitano), Juan Diego Botto (Una noche sin luna), Carmelo Gómez (A vueltas con Lorca) o Alberto San Juan acompañado de tres músicos (Nueva York en un poeta). Grande su talento, profundo el significado de su asesinato sin restos que enterrar o difuminar sus cenizas. Muchos significados para un creador, un hombre que asumía las parcelas contradictorias de una existencia en la que hay sitio para la diversión, la filosofía, el afán de conocimiento, el descubrimiento de las poliédricas posibilidades humanas. Así que cuando algunos directores se topan con su Comedia sin título, dicen esta es la mía, poeta muerto, obra inconclusa y aquí me planto yo para redescubrir al más potente, al más teatral de la genial generación del 27. Algunos encallan en esta epidermis egocéntrica, otros la trascienden, como esta experiencia tan colorida e ingeniosa como felizmente caótica, donde combinan alegorías con simbolismos muy variados dentro de un concepto escénico cercano a la revista musical.
El desfile de situaciones arranca a poco de empezar cuando se acaba el poco texto de la pieza, sobre todo una arenga que reta al público desde un Federico harto de sí mismo y de las características del teatro, exigiendo a los espectadores que se movilicen. Un texto desesperado en tiempos desesperados de asesinatos, bombas y una guerra fratricida que no llegará a padecer porque le matarán muy pronto. Así también él se convierte en símbolo. El proceso escénico aquí expuesto tiene gran valor en la disciplina, la entrega y el talento de jóvenes intérpretes de ambos sexos, actrices y actores que se entregan al teatro, la danza y la acrobacia, desnudándose físicamente con un desenfado enternecedor en el que su condición sexual carece de corriente erótica, por el contrario tiene siempre la armonía angelical que exhibió el poeta en sus versos y en la cadencia de sus personajes: inocencia sexual frente a la morbosa insistencia de la represión.
Sin embargo, la tensión y el atractivo resultan irregulares por su disposición en un espectáculo muy colorido a lo largo de dos horas que exudan artificio, superficialidad. Rara vez aletean propuestas más densas como la formidable situación de España que encarna Camila Viyuela, embarazada que pare una bandera con la que se la envolverá para amortajarla y enterrarla…
Bajo sospecha la necesidad de incorporar al propio García Lorca con máscara en cuerpo trajeado debajo del cual hay una joven desnuda… Simplificación del masculino-femenino lorquiano que se torna reiterativa, aunque como casi todo el show es audio-visualmente interesante.
Como final, ciertamente sorprendente, una espléndida idea a base de luces y telones en la que destaca la profusión de ideas y emociones que hay en el teatro antes de que lleguen los artistas.
En definitiva, una Comedia sin título que brilla con mucha fuerza en la entrega generosa de todo su elenco, aportando sugerencias audiovisuales de interés desigual. Un experimento excesivo que poco aporta a aquello que no llegó a decir el autor.
Texto Federico García Lorca
Versión y dramaturgia José Manuel Mora y Marta Pazos
Dirección Marta Pazos
Reparto (por orden alfabético)
Georgina Amorós, Marc Domingo, Alejandro Jato, Cristina Martínez, María Martínez, Clara Mingueza, Koldo Olabarri, Mabel Olea, Carlos Piera, María Pizarro, Chelís Quinzá, Luna Sánchez, Paula Santos y Camila Viyuela
Escenografía Max Glaenzel
Iluminación Nuno Meira
Vestuario Rosa Tharrats
Coreografía y dirección de movimiento Guillermo Weickert
Música original Hugo Torres
Colaboración artística Montse Triola
Documentalista Paloma Lugilde
Ayudante de dirección Laura Ortega
Ayudante de Escenografía Pablo Chaves Maza
Ayudante de Iluminación Leyre Escalera
Ayudante de Vestuario Mónica Teijeiro
Fotografía Laura Ortega / Luz Soria
Tráiler Bárbara Sánchez-Palomero
Diseño de cartel Equipo SOPA
Producción
Centro Dramático Nacional
Del 12 de noviembre al 26 de diciembre de 2021 (El viernes 24 de diciembre no habrá función)
De martes a domingo a las 20:00 h.
TEATRO MARÍA GUERRERO. CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL
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Otras versiones de obras de Lorca en CULTURAMAS
El sueño de la vida, de Alberto Conejero (inspirada en Comedia sin título)
Mágica sexualidad de Lorca en La leyenda del tiempo, de Carlota Ferrar y Darío Facal
Esta no es la casa de Bernarda Alba, de Carlota Ferrer y José Manuel Mora
Historia, política y Los amores oscuros, de Manuel Francisco Reina y Juanma Cifuentes
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