La paradójica pasión de quien lo probó y lo sabe

Esther Garboni.- Con Talía desencadenada, el prestigioso dramaturgo Rafael Ruiz Pleguezuelos nos trae, no la nueva pieza teatral que podríamos esperar, sino un delicioso surtido de aforismos de los que, como bombones suizos, no puedes leer uno solo, tal es el gusto o la sorpresa que cada uno de ellos evoca en el paladar del lector de este género, un público selecto e intelectualmente exigente.

Ruiz Pleguezuelos nos ofrece en este libro una reflexión gustosa, más cercana a la experiencia que a la teoría dramática, desgranada en bocados densos de conocimiento del hecho teatral, que van desde la observación de la escena, hasta el dramaturgo, pasando por el texto, la representación y el propio público. Cada elemento del acto teatral es tenido en cuenta en este libro y analizado desde el prisma de quien conoce bien todos estos detalles.

Hay en Talía desencadenada, además, una pizca de sal, un tono crítico, con el que matiza algunas de las aparentes categorizaciones que nos presenta a modo de definiciones fuera de cuestión y es esta actitud la que más pudiera interesar a gran parte de los lectores y lectoras que se acerquen a la lectura de estos aforismos.

En el fondo subyace el conflicto, elemento consustancial al teatro, sobre el que el dramaturgo o dramaturga construyen, por añadidura de los demás factores, el castillo de naipes al que damos el nombre de teatro y que, con un simple fallo en la colocación de una sola de sus piezas, podría venirse abajo, sin importar la calidad de los demás elementos, pues la principal característica del género dramático, desde su gestación, hasta la caída del telón, es la aceptación de su carácter coral en el que no tiene cabida el ego de ninguno de sus componentes. Sea quizás esta, la mayor dificultad y su mayor grandeza, de ahí que, como muy bien ve Ruiz Pleguezuelos, tengamos en el teatro, ante todo, un hecho social, que muestra la realidad en todas sus dimensiones y enfrenta la mirada de quien escribe la obra, con la de cada uno de los espectadores que, al final de la cadena,
esperan su palabra en movimiento, su palabra e pie.

Talía desencadenada es, si lo miramos de cerca, un canto de amor al teatro, una inevitable laudatio hecha con toda la confusa y paradójica pasión de quien lo probó y lo sabe.

Rafael Ruiz Pleguezuelos, Talía desencadenada. 100 definiciones de teatro para no quedarse con ninguna. Apeadero de Aforistas, Sevilla, 2021.

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