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«La medida exacta del universo»: sensible búsqueda entre los sueños y la realidad

Por Horacio Otheguy Riveira

La tristeza se encarama en un imposible: recuperar los sueños de juventud, recuperarse a uno mismo en aquel reflejo. Un procedimiento que, sobre un suelo de espejo opaco, un investigador científico deambula empeñado en trascender ese vacío. Texto y dirección de Juan Jiménez Estepa para un paisaje que evoca una melancolía crónica que es capaz de representarse con cierta ironía, con destellos de humor que elevan el circuito escénico a categoría de comedia que brega por desembarazarse de la agonía. O, en todo caso, como quería Unamuno, alcanzar una resurrección en toda regla sin reglas, andar por caminos costumbristas, casi asainetados al tiempo que se rompen etiquetas.

El que pena su nostalgia se observa a sí mismo joven, y a aquel amor a primera vista ocurrido en un lejano Londres. Hay sorpresas en el camino, un divorcio y un niño que le maravilla con su aprendizaje de las primeras palabras: esa torpeza infantil que es fuente de inspiración para el descubrimiento del amor, el asombro, una nueva existencia en quien aprende a conocer el arte de la mejor paternidad.

La medida exacta del universo se juega con un cuarteto en el que el tiempo pasado se va acercando al tiempo presente, la desdicha llega a sonreír y la presión se suaviza para comprender que es inútil volar hacia el conflicto esencial del ser humano entre lo que sueña y lo que vive, lo que anhela o anheló y lo conseguido.

Una función que se desarrolla en tierna, púdica, cadencia, que nunca va más allá de besos y abrazos, como si lo erótico se hubiese sublimado hasta dar con un proceso que se parece mucho a los niños cuando recorren el amor de los adultos. Cadencia, ritmo, suavidad; recorrido que no solo adquiere musicalidad por las voces y los diálogos y reflexiones que se repiten, a manera de estribillos, sino que también se presta para ofrecernos una hermosa canción que habla de asuntos similares en inglés, interpretada por una de las actrices, cantante estupenda. En inglés sí, pero entendiendo o no su letra, el ambiente recreado se traslada al lugar donde los personajes nos quieren llevar.

El reflejo de sus cuerpos los torna sutilmente vulnerables, y el espacio escénico ideado por Javier Ruiz de Alegría —también responsable de la atmosférica iluminación— adquiere emotiva dimensión, cercana a la luna que se menciona como elemento mágicamente ligado a los sueños. En la foto de arriba, el presente de Lucas y Zoe: Carlos Algaba y Elisa Berriozabal. Abajo, ellos mismos siendo «anónimos» chica-chico encontrados por azar: Teresa Mencía, Carlos Guerrero.

La medida exacta del universo

Dirección y dramaturgia Juan Jiménez Estepa

Intérpretes:

Lucas, Carlos Algaba

Zoe, Elisa Berriozabal

El chico, Carlos Guerrero

La chica, Teresa Mencía

Con la colaboración de Pilar Gómez, Madre de Lucas (Voz en off)

Ayudante de dirección Daniel Oliva
Escenografía y diseño de luces Javier Ruiz de Alegría
Vestuario Teatro Cinco
Diseño gráfico y fotografía Daniel Oliva y Juan Jiménez Estepa

Técnico Álvaro Caletrio

Producción Eslinga Producciones y Teatro Cinco

TEATRO LARA. SALA LOLA MEMBRIVES, MIÉRCOLES 19,30 HORAS

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