Una vendedora de caramelos y un camionero temen y sueñan «En el aire»
Por Horacio Otheguy Riveira
Le pidió un kilo de caramelos mirándola a los ojos, y en ese gesto ella descubrió algo de los muchos sueños con los que convive a diario en soledad.
El hombre portador de esa mirada la acompaña a su destartalada vivienda, y allí se produce una comedia con tintes negros que va adquiriendo envoltorio de regalo a medida que avanza. Se produce un tira y afloja circular en el que los desencuentros entre dos que quieren desearse, que ansían necesitarse, se producen descontrolada, impulsivamente. El espacio es reducido pero quizás demasiado grande para las aspiraciones del dúo. Él se equivoca y dice lo que no debe, mete la pata una y otra vez, ella se enfada para enternecerse luego, y entre ambos se produce una corriente de amor con la que no saben qué hacer, que va de mano en mano como si quemara, hasta que de pronto, cuando surge algo parecido a una promesa, todo parece aquietarse. Es el momento en que el bravío camionero le asegura que podría llevarla a conocer el mar…
El encanto que exhiben estos personajes aparentemente grises en una buhardilla —con más viejos jerseis acumulados que comida— tiene que ver con la frescura del autor, William Mastrosimone, quien debutó en 1979 con esta pieza que tiene evidente influencia de maestros igualmente estadounidenses que supieron crear obras maestras de teatro breve, en larga carrera triunfal. Así, Eugene O´Neill, Tennessee Williams, William Hanley, Edward Albee, todos creadores a su vez de piezas de mayor duración.
En la apretada síntesis de los humanos desencuentros de sus textos breves flotan a su vez los de esta pareja que acaba de conocerse y brega entre miedos diversos y angustias imprecisas. La diferencia entre los grandes del teatro mencionados y esta función, reside en que mientras aquellos tanteaban tragedias, círculos de imposible ruptura, Mastrosimone consigue que sus criaturas encuentren el punto justo donde, inesperadamente, consigan romper el círculo y hallar un cauce para que la realidad consiga confabularse con los sueños.
Un actor excelente como Antonio Hortelano (por ejemplo, Nuestras mujeres, Una semana… nada más) es el responsable de la dirección, aportando a la versión de Miguel del Arco, una agilidad propia de comedia ligera que sirve para que sigamos con una sonrisa la infinita tristeza que habita en los personajes, interpretados por Eva Higueras y Jimmy Barnatán con una sensibilidad tan especial como el clímax creado en ese ambiente agobiante; trabajan las situaciones con capacidad de asombro, bien arropados por el grado de inocencia que brota de la desolación que reclama compañía. Un buen equipo al que Carlos Alzueta deja en penumbras, oscurece e ilumina de diversas maneras hasta el espléndido giro del final, como si la luz brotara de sus cuerpos.
Después de graduarse, William Mastrosimone (Nueva Jersey, 1947) comenzó a escribir obras de teatro y guiones. Su primera obra, The Woolgatherer (En el aire), se estrenó en Rutgers Theatre Company en Nueva Jersey en 1979 y se publicó en 1981. Su siguiente obra, Extremities se publicó en 1984 (estrenada en varias ocasiones en España, la última dirigida por Pedro Casablanc). Otras obras: Shivaree, Cat’s Paw, The Afghan Women y Nanawatai, en la que una película se basa en La Bestia. Mastrosimone escribió un guión de Bang Bang You’re Dead, que una vez que pudo descargarse de Internet fue interpretado por estudiantes de forma gratuita. Escribió guiones para películas como With Honors y la serie de televisión Into the West…
AUTOR William Mastrosimone
REPARTO Eva Higueras y Jimmy Barnatán
PRODUCCIÓN Waldo Cultura
VERSIÓN Miguel del Arco
DIRECCIÓN Antonio Hortelano
DISEÑO DE ESCENOGRAFÍA Antonio Hortelano
DISEÑO DE ILUMINACIÓN Carlos Alzueta
PRENSA María Díaz
DISEÑO GRÁFICO Daniel Sánchez Paso
TEATRO LARA. SALA LOLA MEMBRIVES
Martes, 19:30 h. A partir del 2 de noviembre, martes a las 22:00 h.