“Condena” (“Time”): La mejor miniserie desde “Chernobyl”
Por Gerardo Gonzalo.
Recientemente Movistar ha estrenado la miniserie de 3 episodios Condena (Time) una producción británica de la BBC de este mismo año 2021. Su argumento se desarrolla entre las paredes de una cárcel y se centra en dos personajes principales, por un lado un reo, profesor y padre de familia, condenado por atropellar a un hombre. Por otro lado un firme y respetado funcionario de prisiones que debe gestionar el día a día de los presos.
Empiezo reafirmandome en la titular de mi artículo. Se trata de la mejor serie que he visto desde Chernobyl. Una miniserie de valor excepcional que sustenta su calidad en varios pilares fundamentales.
Por un lado la historia y su tono. Estamos acostumbrados a que las ficciones carcelarias deambulen por ámbitos de excesos y la violencia. Nada más alejado de la pretensión de esta ficción, que presenta con rigurosa frialdad las circunstancias y la cotidianidad de un grupo de personas sobre las que la trama no rehúye los conflictos, pero tampoco los ceba ni exagera. Un retablo variado de personajes, cada uno con roles y personalidades diferentes, que conviven en un contexto complejo y difícil, a los que les atan sus circunstancias y su pasado. Un microcosmos que es esta prisión, convertida en la vida misma, donde la amistad, el odio, el compañerismo, la injusticia , la solidaridad o la violencia se entremezclan y que aquí son llevadas al extremo por el contexto en que están, en una composición y tipología de caracteres muy bien representados.
Otro elemento fundamental son las portentosas interpretaciones de sus principales protagonistas. En el caso de Sean Bean, estábamos acostumbrados a verle en papeles secundarios, normalmente turbios y sin una gran variedad de registros o matices. Pero aquí Bean, acomete una empresa interpretativa que probablemente suponga el hito actoral más importante de su carrera. Aquí se pone en la piel de un profesor, padre de familia, con problemas de alcohol, que mata a alguien en un atropello y que al mismo tiempo que acaba con esa vida, arruina la suya y la de los que le rodean, asumiendo con entereza la penitencia que le viene encima y lidiando en un entorno que le es ajeno, con un perfil que le diferencia del resto y unos códigos que debe aprender sobre la marcha, intentando al mismo tiempo preservar su integridad.
Por otro lado está Stephen Graham, un actor descomunal, al que quizás podríamos darle el título de ser el mejor actor, poco conocido, de la ficción cinematográfica y la televisiva actual. Sorprende aquí su hieratismo, formalidad y sentido de la responsabilidad en su recreación de un funcionario justo y honesto que se ve enfrentado a un dilema personal y moral sin salida satisfactoria posible y de consecuencias devastadoras.
A todo esto hay que añadir unas dosis adecuadas y equilibradas de tensión, emoción, intriga, giros argumentales y grandes momentos de una intensidad dramática que muchas veces llegan a emocionar. Los dilemas morales están planteados de forma ejemplar y verosímil y la serie es una sucesión de grandes momentos. La incertidumbre y el miedo al entrar por primera vez en la cárcel, la rutina del día a día de la prisión, el entorno familiar de los que están dentro y el momento de las visitas, la tensión de dos desconocidos dentro de una celda minúscula, la rutina de funcionarios y otras personas que ayudan a los presos, los equilibrios de poder entre las bandas dentro de la cárcel,… Muchas situaciones y detalles que convierten a esta serie en una auténtica joya, un prodigio argumental e interpretativo al que no le falta ni le sobra absolutamente nada.
En mi opinión una obra maestra a la que no se le está prestando la atención que merece y que desde aquí os animo que veáis. No os la podéis perder.
Completamente de acuerdo. Obra maestra de ambiente carcelario con planteamiento y atmósfera muy originales.