En la Nada emerge la Vida
Planeta Cómic recientemente ha puesto en la calle una novela gráfica basada en la reputada novela de Carmen Laforet Nada.
Las convulsiones en la vida humana generan profundas huellas que no dejan a las personas indiferentes. Estos fenómenos nos cambian, nos obligan a interpretar nuestro entorno de otro modo. Este es el sustrato filosófico de Nada. Estamos hablando de ese lugar informe, la nada, del que surge lo humano, donde se materializa lo que somos en realidad y donde abrevan nuestras decisiones.
La historia nos cuenta una parte de la vida de Andrea. Una chica que llega a la ciudad de Barcelona con la intención de estudiar en la universidad. Para ello va a vivir a casa de su familia. Esto no parece que tenga demasiado de especial. Multitud de personas se han ido a estudiar una carrera. La cuestión principal es que este momento de la vida de Andrea es una excusa. ¿Para qué? Pues para mostrarnos los diferentes elementos que conforman la esencial de lo humano. De hecho, es en la relaciones interpersonales donde se asienta la realidad, donde están asentados los pilares del mundo.
El ser humano asienta sus decisiones, en buena medida, en la estructuración de sus valores. Esto es, cada uno de nosotros acepta o ha establecido un eje vertical donde situamos lo bueno en la parte más alta y lo malo, por supuesto, abajo. Por eso, las deidades suelen estar por encima de nosotros y los demonios por debajo. Este eje es el que nos ayuda a tomar decisiones. De hecho, si hablamos del ser humano, de lo que hace le ser lo que realmente es, parece ineludible hablar de sus acciones, de sus decisiones.
Ahora bien, las personas tomamos unas decisiones u otras en función del contexto. Por ello, es fundamental conocer esta realidad que nos envuelve para explicar y comprender como valoramos el mundo y las razones de actuar de un modo u otro. Ahora bien, ¿Cuál es el contexto en esta novela? Uno suficientemente complejo como para fragmentar las emociones a cualquiera: la posguerra española.
La guerra civil española, sucedida en el siglo XX, trajo consigo una época de hambre y carestía notable en la sociedad de la época. A ello se le suma la dureza de cualquier contienda bélica. En esta situación de ausencia de recursos, la supervivencia, el egoísmo y la lucha parece ser el único lenguaje posible. Pero en esta realidad dura y difícil, también salen a la luz los valores humanos más sobresalientes.
Como habrás podido imaginar Andrea es la materialización de las bondades humanas, pero se encontrará en Barcelona con esta realidad mencionada. Ella logra seguir adelante y se va sobreponiendo a todos los asaltos éticos a los que se ve sometida. Fanatismo, violencia, desprecio y sexismo son algunos de estos retos. Estamos, por lo tanto, ante una novela gráfica que muestra, con cierta crudeza, el mundo de entonces. Ahora bien, una visión aburguesada. Difícil, pero no tan dura como la que llegaron a vivir otras personas en la posguerra.
Claudio Stassi realiza una adaptación notable de la profunda novela de Laforet. Una adaptación que logra transmitir buena parte de los elementos esenciales de la novela. No obstante, la narración visual de Stassi es fría. En ocasiones, demasiado. De hecho, las caras parecen no transmitir lo suficiente. Ahora bien, la ambientación y el colorido de las viñetas logra hablar por sí mismo.
El guion está bien estructurado y logra conducir al lector por las diferentes veredas de la vida de Andrea. Ahora bien, en algunos momentos, uno termina sintiéndose separado de la narración. En cambio, en otros momentos la obra de atrapa en su inmensidad narrativa. Estamos, por ello, ante un gran trabajo (un tanto desigual) que no dejará al lector indiferente. Al fin y al cabo, tendremos en nuestras manos la profundidad del desierto de lo real.
Por Juan R. Coca