Sete González: «De seguir viva hoy, Lola Flores habría alucinado con estos tiempos»
AASTHA MARTÍNEZ.
Que Lola Flores es una artista inclasificable, así como una mujer que vivió sin guiones ni barreras, no es un secreto. Aun así, el artista Sete González se ha encargado de ponerlo de manifiesto en Lola Flores. El arte de vivir, un homenaje ilustrado a la reina de la bata de cola y del temperamento. El libro, que plantea un completo viaje artístico y literario por la eterna figura de la jerezana, supone un tributo rebosante de desparpajo y alegría. Como la misma Faraona, claro. Culturamas ha charlado con el madrileño para conocer más detalles de este proyecto editado por Lunwerg.
- Además de por tu talento natural para la ilustración, queda claro que Lola Flores. El arte de vivir está presidido por una rigurosa labor de documentación. ¿Qué fue lo más complicado del proceso?
El proceso de documentación fue largo. Estuve como dos o tres meses documentándome. Para esta primera etapa del proyecto estuve en contacto con Lolita y con la familia. A Lolita le pregunté cuáles eran las fuentes más reales que abordaban la vida de su madre, ella me marcó un poco algunas pautas y yo contrasté la vida de Lola. Pero sí, documentarme sobre su arte, que era en lo que me quería centrar, fue quizás el proceso más largo y más lento.
- ¿Te resultó complicado contar con la aprobación y ayuda de las hijas de Lola?
No, para nada. Somos amigos desde hace muchos años. Mi mujer es íntima amiga de Elena, la hija de Lolita; de hecho, es su estilista. A raíz de publicar mi libro sobre Camarón, empezó todo a fluir. A mi editor se le ocurrió la idea de hacer un libro ilustrado como ese otro pero sobre Lola. Todo fue muy bien. Me ayudaron en todo lo que he necesitado, sobre todo en esa primera parte de documentación. Luego sí que es verdad que se les fueron enseñando algunas imágenes, para que vieran cómo iba quedando el libro y se hicieran una idea del aire. No hubo ningún tipo de problema. Todo se ha contado con mucha verdad y mucho respeto.
- Se dice que Lola aportó a menudo el temple aflamencado que le faltaba a muchas de sus compañeras. ¿Lo compartes?
Claro que sí. De hecho, a Lola yo la tengo más encasillada en el flamenco que como una artista folclórica, aunque también lo fuese. Lo que se llevaba entonces en España eran las folclóricas, y ella supo adaptarse y ser una folclórica. Aun así, para mí Lola era una artista flamenca, que amaba el flamenco, que se crió entre gitanos y que sabía lo que era el compás. Fue una todoterreno. En esa última etapa con su marido, el Pescaílla, sí que se le ve que sacó su raza flamenca, en un momento en el que las folclóricas cayeron ya un poco en el olvido.
- ¿Qué fue lo más transgresor que, en tu opinión, hizo la jerezana?
Lola era una persona transgresora de por sí, una mujer que todo lo que hace lo transforma. Cuando las folclóricas empezaron a pasar de moda, ella encontró en la guitarra del Pescaílla la guitarra perfecta para el tipo de arte que quería transmitir en ese momento. Creo que ahí se renovó una vez más, metiendo esa rumba catalana electrizante.
- Lola siempre tuvo esa pose de mujer dura. ¿Qué has descubierto sobre ella haciendo este libro?
La primera versión de la portada, que era muy cercana a la que tiene el libro, se le pasó a Lolita, y la verdad es que las facciones de Lola eran más duras, por lo que su hija dijo: ‘Su expresión está demasiado dura’. Yo le dije: ‘Joder, es que tu madre salía dura, no salía riéndose cuando posaba con los ojos muy abiertos y la boca apretada’. Me dijo que le gustaba mucho y me pidió que la suavizara un poco. Aun así, sigue siendo dura, porque he querido ser muy fiel a esa manera que tenía ella de posar.
- ¿Cómo crees que habría sido la vida y trayectoria de Lola, de haber llegado viva a este 2021?
Seguiría transgrediendo, se seguiría reinventando y sería una crack. Ya era una influencer en su época, cuando no había Internet, ni tampoco redes sociales. Creo que seguiría trabajando, haciendo música y haciendo cine, algo que la llenaba mucho y con lo que tenía una espinita clavada. No tenía ningún filtro para nada y era muy moderna, así que se hubiese adaptado muy bien a estos tiempos. También habría alucinado, como todos [risas], pero seguro que les habría sacado mucho partido.
Tienes razón Cete pero yo creo que Lola si estuviera viva hoy en día seguro que hubiera ayudado a mucha gente pero a mucha como lo hizo en su día a lo calladito como ella decía