El gato es un espacio metafísico. Aforismos de Felix Trull

Un gato no es una mascota. Ni siquiera un animal. El gato es un espacio metafísico.

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Prefiero acariciar fugazmente el rabo de un gato callejero que me rehúye, antes que permitir que me lama la mano un infame perrito faldero.

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Basta convivir unas horas con un gato para comprender que, aunque compartáis el mismo espacio, él habita un mundo paralelo.

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El gato es un tigre agazapado.

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La feminidad y la felinidad tienen tanto que ver, que puede que sean dos caras de una misma moneda escurridiza.

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Mujer evanescente: la abrazas, y vuelve a la noche silente. Así, también, el aforismo.

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Por muchas líneas que traces alrededor de la mujer, ella, como un gato, las atraviesa.

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Escribir, aun sin perspectiva de que lo escrito sea leído, es como liberar a un gato en plena noche: de alguna forma bárbara e inexplicable para nuestra pacata sensatez, a buen seguro conseguirá sobrevivir.

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Es propio de ratón soñarse gato con guantes.

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De tanto convivir con su mascota (a la que alimentan con devoción y cuyas heces recogen de la calle con los dedos), muchos sueñan con una realidad canina, a la que llamen por su nombre y que rauda acuda meneando el rabo. ¡Pobres ilusos! No saben que la vida es felina y no nos necesita…