‘Matadero Cinco. La cruzada de los niños’, de Kurt Vonnegut
ELVIRA FERAL.
Si hubiera que resumir qué es Matadero Cinco. La cruzada de los niños, publicada en 1969, se podría decir: una gran novela antibélica, emblema de la contracultura de los sesenta, que combina ciencia ficción, humor, sátira y rareza.
A Kurt Vonnegut (Indianápolis, 1922-Nueva York, 2007) le resultaba imposible escribir en primera persona su experiencia en la guerra y decidió dejarlo en manos de su alter ego, el soldado Billy Pilgrim (pilgrim significa peregrino). Este hombre sencillo, de profesión optometrista, recuerda en esta novela su presencia el 13 de febrero de 1945 en el bombardeo aliado de Dresde, ciudad alemana considerada la `Florencia del Elba´ por su patrimonio histórico y su belleza. También nos cuenta su experiencia como prisionero de guerra por las tropas alemanas, confinado en un matadero hasta su liberación. Todo eso lo vivió Kurt Vonnegut, quien tardó veintitrés años en convertirlo en una novela. Ya había escrito cinco novelas que habían tenido un discreto éxito.
Por si fuera poco, Billy Pilgrim tiene la capacidad de viajar en el tiempo además de haber vivido la experiencia de ver a unos extraterrestres, que le secuestran en su nave espacial y le trasladan a su planeta, de nombre Tralfámador, donde lo exhiben desnudo en un zoo junto a una estrella del porno. Billy describe a los tralfamadorianos como criaturas que «medían sesenta centímetros de altura, eran verdes y tenían una forma como si hubieran sido hechos por algún fontanero». Además, tienen capacidad de ver todo el tiempo a la vez (pasado, presente y futuro) y ven a los humanos como «grandes ciempiés».
Sí, en esta novela hay surrealismo, pero quizás era la mejor manera que tenía su autor de rememorar sus vivencias traumáticas en la guerra y en el bombardeo de Dresde donde a pocos meses de finalizar la Segunda Guerra Mundial murieron ciento treinta mil personas («Pocos americanos sabían que había sido mucho peor que Hiroshima» dice Kurt en el primer capítulo).
El título de la novela hace referencia al lugar donde el protagonista estuvo encerrado junto a otros prisioneros de guerra: un matadero adaptado como prisión. Vonnegut presenta como subtítulo La cruzada de los niños con el que alude a que la mayoría de los soldados eran jóvenes de corta edad, que aprendieron a matar casi antes que a vivir.
«Es lo que hay» es la frase preferida del protagonista. La repite incontables veces, como si fuera un mantra, y casi siempre cuando habla de la muerte.
Vonnegut rinde homenaje al escritor de ciencia ficción Theodore Sturgeon, a través del personaje de Kilgore Trout, un escritor aficionado de ciencia ficción. Trout es el autor favorito de Billy Pilgrim, de él leyó docenas de libros y llegó a ser su amigo.
Esta novela clásica de la literatura americana, nada convencional, fue llevada al cine en 1972 dirigida por George Roy Hill y obtuvo galardones como el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes, el Premio Hugo y el Premio Saturno.
Vonnegut murió en abril de 2007 a causa de un derrame cerebral por una caída. Su último libro fue El hombre sin patria, publicado en 2005, una colección de textos breves en los que critica con su habitual ironía y provocación la política de George Bush, que en aquella época gobernaba Estados Unidos.