‘Golfemia’, deslumbrante y doliente
JOSÉ MIGUEL LÓPEZ-ASTILLEROS.
El hilo central de la novela ‘Golfemia’ (Eolas, 2021) consiste en la introducción del joven Álvaro, hijo del marqués de Foxá, en los ambientes artísticos de la bohemia madrileña a comienzos del siglo XX, así como el descubrimiento del amor y el sexo o el activismo político durante la guerra civil española, todo ello a través de multitud de peripecias. Su trayectoria vital en estos tres aspectos evoluciona desde un intenso idealismo adolescente al principio, hasta el desengaño final, impuesto por la realidad observada, su propia experiencia y las consecuencias del trágico enfrentamiento civil de 1936.
El reto narrativo consiste en concentrar en unas semanas parte de los sucesos históricos más importantes de los primeros cuarenta años del siglo pasado, de modo que será en esta síntesis donde se muevan los personajes, tanto el protagonista como los innumerables secundarios que aparecen (Valle-Inclán, Nakens, Alejandro Sawa, Antonio Machado, Rubén Darío, Miguel Hernández, Buenaventura Durruti, etc.), siendo así que en cierto sentido ‘Golfemia’ puede entenderse también como una novela coral.
Un aspecto importante desde el punto de vista narrativo es el perspectivismo que sobrevuela la obra desde el comienzo hasta la conclusión. El origen aristocrático del protagonista y su militancia accidental durante el conflicto ominoso, permite alejar su testimonio de veleidades sectarias, que lo acercan a la veracidad de lo narrado y lo sitúan en una actitud moral superior. Nos recuerda a Chaves Nogales, cuando daba fe de las barbaries perpetradas tanto de un bando como del otro. De esta guisa asistimos, por ejemplo, a profanaciones brutales de iglesias a cargo de unos y al ahorcamiento de milicianas a cargo de otros. Por otra parte, un recurso narrativo eficaz que contribuye a dicho perspectivismo es la utilización del periodismo para dar noticia de hechos históricos, como pueda ser el atentado del anarquista Mateo Morral contra el rey Alfonso XIII el día de su boda. Sobre todo si se aborda desde periódicos opuestos ideológicamente como eran el republicano El Motín y el monárquico ABC, de suerte que se aspira así a una visión totalizadora de los sucesos.
Las descripciones de los espacios como librerías o cafés, entre otros, tienden a subrayar la degradación de los lugares en los que transcurre la acción. El narrador se detiene en los aspectos sórdidos, pero sin caer en un naturalismo crudo. Lo más importante es que con ello no solo se logra la pintura de dichos ambientes, sino expresar también la degradación de los personajes y sus circunstancias vivenciales. En la caracterización de los personajes resalta lo grotesco y lo esperpéntico siguiendo el modelo valleinclanesco que dibuja caricaturas exagerando los rasgos menos agraciados, lo cual provoca un llamativo y ácido efecto humorístico a la vez que crítico.
Bruno Marcos utiliza los verbos y los adjetivos de un modo certero sin caer en ampulosidades que lastren el ritmo ágil, buscando un texto bien escrito, de estilo, con una estética propia.
‘Golfemia’ es una novela de acción al modo barojiano, sobre la que gravita la influencia de ‘La novela de un literato’ de Rafael Cansinos Assens. Nos ofrece un mordaz fresco desgarrado de los ambientes bohemios, sociales y políticos de la época, así como de los personajes, literatos o no, que pululaban por aquel Madrid. Todo ello desemboca en el desencanto que supone el descubrimiento de la verdad, escondida tras el brillo y los oropeles de las apariencias, conclusión a la que llega Álvaro en uno de los párrafo finales del último de los quince capítulos, con el que concluye:«Había salido a encontrar mis sueños fantaseando con una vida literaria bohemia en la que descubriría el amor y había hallado la realidad en cuerpo y alma, no solo la patética picaresca, la golfería, la Golfemia como u’na caricatura de los bellos ideales sino también el fracaso, el dolor y la crueldad. Lo que existía era la vida, compleja, deslumbrante y doliente».