Al habla con Germán Ramírez Lerate, autor de ‘Historia de un fotógrafo, una camelia y un bisturí’
REDACCIÓN.
Una fría noche de febrero, el cuerpo del falangista Julio Monte aparece acuchillado frente a las puertas del club Sexy Sadie, al que solía acudir con unos viejos amigos. Uno de estos amigos decide investigar el crimen, al margen de la labor policial, sin llegar a imaginar que esto le obligará a reabrir heridas del pasado que condicionarán todas las decisiones de su vida futura. Germán Ramírez Lerate (Cádiz, 1998) es narrador y poeta. Amante de la música, del cine de suspense y de la narrativa hispanoamericana, Historia de un fotógrafo, una camelia y un bisturí es su primera novela publicada.
- Historia de un fotógrafo, una camelia y un bisturí es tu primera novela publicada. ¿En qué momento decides adentrarte en el género negro con esta historia?
Desde que comencé a escribir, cuando tenía trece años, el género negro o policíaco me ha acompañado de una u otra manera. Mis primeras narraciones, las que me sirvieron para empezar a curtirme en este complejo arte de la literatura, se inspiraban en las novelas de Agatha Christie y en los relatos de Poe y Chesterton. Después de varios años de aprendizaje, de muchas lecturas de distintos géneros y de muchas páginas escritas, quería volver a mis orígenes, al género que despertó mi curiosidad por la escritura.
Por ese motivo, alrededor del año 2015, comencé a trabajar en la trama de esta novela, que recupera, por una parte, esas historias clásicas de asesinatos e inspectores con gabardina, pero que también pretende ofrecer una perspectiva diferente del género negro, con una mirada más psicológica del crimen, como ocurre en algunas obras de Ernesto Sábato, García Márquez o Antonio Muñoz Molina.
- A lo largo de la novela nos sitúas en ambiente de los burdeles, específicamente en el club nocturno Sexy Sadie, donde hallan el cuerpo sin vida de un falangista. ¿Por qué elegiste esta ambientación? ¿Crees que le aporta un punto noir a la historia?
Si por algo se caracterizan las novelas negras es por los escenarios marginales en los que están situadas; es, en esos agujeros suburbanos, donde prospera y medra la peor laya del género humano, donde las injusticias son más acusadas y no hay lugar para la bondad o el respeto. Al igual que la literatura romántica del siglo XIX hacía uso de las descripciones de la naturaleza para reflejar el estado del alma humana, también el género negro hace lo mismo con los escenarios donde transcurren sus historias. En el caso de mi novela, el hecho de que los protagonistas acudan asiduamente a un prostíbulo de una barriada ya deja entrever la clase de personajes con los que el lector va a encontrarse.
- Tu obra también contiene reflexiones filosóficas profundas y te adentras en la psicología de los personajes. ¿Qué impacto pretendes causar en los lectores/as con ello?
Yo concibo la literatura no solo como un entretenimiento, sino también como una forma de conocimiento; en la mayoría de los casos, como una forma de autoconocimiento. Todos nos hacemos preguntas a diario, preguntas que casi nunca podemos responder por nuestra cuenta. Sin embargo, a menudo encontramos esas respuestas en los libros.
El género negro permite plantear situaciones que se hallan en el límite de la moralidad, y eso es lo que pretendo explorar con mi novela: ¿tenemos libre albedrío, o nuestros actos están determinados desde un principio? En ese caso, ¿se debe castigar un crimen? ¿Somos realmente conscientes de nuestras acciones? Me gustaría que el lector, al terminar mi novela, sienta que ha encontrado una respuesta a alguna de estas preguntas.
- ¿Cuáles son tus referentes del género negro?
Además de los autores que he mencionado previamente, sin duda un referente es el escritor Montero Glez, que aúna en sus obras la crudeza del mundo quinqui con un estilo poético muy cercano a Valle-Inclán. Creo que Montero es un escritor que debería tener más reconocimiento en nuestro país.
Otro autor que ha servido de inspiración para esta novela es el Nobel francés Patrick Modiano, cuyas obras no podrían clasificarse dentro de lo que se entiende como género negro, pero que presentan elementos narrativos que yo he aprovechado para introducirlos en una trama policíaca.
- ¿Has querido rendirle homenaje a algún autor/a del género con tu novela?
Esta novela es un homenaje al género en un sentido amplio, pero es cierto que mi intención inicial era rescatar a los autores que sentaron los fundamentos de la novela policíaca: Poe, Chesterton y Christie. Los lectores que amen a estos escritores encontrarán razones para disfrutar de mi novela.
- Además de narrador eres poeta. ¿En qué género te encuentras más a gusto escribiendo?
Poesía y narrativa son, en mi caso, dos caras de una misma moneda. Yo me calificaría como novelista de poemas o como poeta de novelas: cuando escribo narrativa, me gusta mostrar al lector el lado poético de las distintas escenas por las que transcurre la acción; de esa forma, la lectura no se limita a una sucesión de hechos, sino que busco ofrecer imágenes impactantes que no dejen indiferente al lector.
Por otro lado, escribir versos, que es lo que se entiende comúnmente como poesía, es algo a lo que tengo mucho respeto como escritor. A diferencia de un relato o una novela, donde basta la imaginación para empezar a planificar lo que se va a escribir, el género lírico es veleidoso, uno nunca sabe cuándo se van a dar las condiciones idóneas para que surja un poema.
- Tu novela se publicó en agosto de 2020. ¿Cómo ha sido promocionarla en plena pandemia mundial?
La promoción de mi novela ha sido difícil por dos motivos: el primero y el más evidente es la incertidumbre que ha generado la pandemia en los eventos culturales; muchos se han cancelado, otros se han pospuesto, todos presentaban restricciones de aforo… La segunda razón es que la promoción para un autor novel, sin el respaldo de un agente, es muy complicada; y, si no publicas con un grupo editorial potente, es difícil que te tomen en serio. Aun así, poco a poco parece que mi novela se va haciendo un hueco en el panorama literario español.
- Ahora que poco a poco la situación se va normalizando, ¿tienes previsto realizar presentaciones presenciales y/o asistir a ferias y festivales literarios?
Dentro de poco creo que me vacunarán, así que sí, espero poder moverme con más tranquilidad para realizar presentaciones fuera de mi ciudad, Cádiz.
- En el año 2014 fundaste la revista literaria digital Sombra del Paraíso, dedicada a la publicación de jóvenes autores. Como joven autor que eres, ¿cómo ves el panorama literario actual en cuanto a nuevas voces narrativas?
En los últimos años están apareciendo autores con propuestas narrativas muy interesantes y de gran calidad. Por citar algunos nombres, podría destacar a Irene Reyes-Noguerol, recientemente incluida en la antología de Los mejores narradores jóvenes en español, de la revista Granta, y al novelista Cruz Ortega, también publicado por Ediciones en Huida.
- ¿Nos puedes adelantar en qué proyecto literario estás trabajando actualmente?
Hace unos meses terminé de escribir mi segunda novela, que se aleja del género y del estilo de Historia de un fotógrafo, una camelia y un bisturí, y me gustaría encontrar una editorial apropiada donde publicarla.