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Rolando del cementerio: dos fantasmas que salvar

Por Àngels S. Amorós

Fabio Genovesi (texto), Gianluca Maroutti (ilustraciones) y Marinella Terzi (traducción). Rolando del cementerio: dos fantasmas que salvar. Barcelona: Editorial , 248 pp. A partir de los 10 años.

Hay ciertos momentos tan especiales, tan mágicos que no están hechos para hablar:

están hechos para abrir los brazos y estrecharse con fuerza.

Rolando vive con su tío tras la muerte de sus padres y no se acostumbra a jugar solo debido a que vive lejos del pueblo y se siente diferente al resto de niños. Su tío es el guarda de un cementerio y no le presta la debida atención y su único amigo es Chip, un mirlo. Un día, Rolando descubre a Marika y  Mirko Prim, dos hermanos de su edad  vestidos de forma extraña que se convierten en sus mejores amigos. Sin embargo, hay un problema y es que los dos chicos murieron hace mucho tiempo y ahora son fantasmas.

Todo se complica cuando los hermanos le piden ayuda a Rolando. Están condenados a desaparecer para siempre si antes alguien hace algo por ellos para evitarlo. Rolando no se lo piensa dos veces y accede a adentrarse por el bosque para llegar hasta el Monte del Muñeco y luego al Gran Agujero donde se encuentra la Oscuridad Negra. Allí todo es completamente negro y su objetivo es conseguir la Cosa Roja que es la clave para ayudar a sus dos amigos.

Decidido a todo y a pesar del miedo, Rolando desconoce su potencial y vence todos sus miedos. El camino no será fácil y el chico tendrá que vencer muchos obstáculos él solo. Sin embargo, el viaje ha valido la pena y Rolando vuelve con más amigos: una niña de nombre Tigre y la jabalí hembra Estrella. Además, un cazador con estrabismo, un vagabundo, un comerciante y una pareja de ancianos se convierten en sus ayudantes, como si un cuento de hadas se tratase.

Sin dejar de lado a Chip, Rolando ya no se siente el raro del pueblo y a partir de ahora sabe que no estará solo. Si antes su mejor distracción era lanzar balonazos contra las tumbas y contar sus problemas al mirlo, ahora todo ha cambiado para siempre.

Una historia con mucho humor y encanto que explicita la soledad que sufre un niño por la poca atención que le dedica su tío y la incomprensión por parte de la gente del pueblo que juzga sin ayudar. Las ilustraciones al carbón dotan de mucho dinamismo a la lectura donde destacan los hechos sobrenaturales y los lugares siniestros a los que se debe enfrentar Rolando para evitar que sus amigos desaparezcan para siempre. La trama nos recuerda al viaje del héroe que posee una gran bondad pese al sufrimiento que se ha visto obligado a padecer desde pequeño.

 
 

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